lunes, 26 de diciembre de 2011




No siento que nada de lo que pueda escribir ahora, ni nunca, le haga juicio a esta canción.
No creo que nada de lo que pueda sacar de dentro haga juicio a lo que realmente siento, a veces.

No sabría explicar la tristeza que me rodea la mayor parte del tiempo, no tiene sentido. Simplemente cada inspiración, cada jodido brío de luz, cada vibración, está cargada de algo inherentemente triste o malvado. Como si todo esto estuviese hecho para no funcionar des de un principio. Como si algo tuviera que romperse por la mitad en cualquier momento. Y entonces abro los ojos y todo sigue igual. No ha habido una gran explosión, ni ha muerto nadie. No ha pasado nada, pero todo es diferente; más frágil. 

Me pregunto cómo serán los demás universos.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Aburrida de corazón





He vuelto a perderme. Sabía cuál era mi faro, iluminaba toda la ciudad con esa luz incandescente, brillo gamma, que desvanecía las sombras sin dejar rastro. Y sin sombras no puede haber nada. Luz y oscuridad van de la mano, los contrastes siempre encajan.
Vuelvo a sentirme como la niña deseosa de atención de antes. No sé si me reconozco despreciándome; quizá sea lo contrario. No me veo con cojones de mirar el pasado en relación a lo que sea esto; tampoco creo que importe ahora mismo.
Me pican los ojos; las mismas notas melosas suenan por enésima vez. Hay algo que me impide irme a la cama, estoy segura de que me he olvidado de hacer algo hoy. Sigo respirando, que con los tiempos que corren ya es un paso. Un paso más hacia el final, quiero decir. 
No quiero ser especial; especiales lo son los que hacen algo poco común con gracia, a mí me suceden las putadas autoprovocadas, para qué negarlo ya.
Tengo tantas voces dentro, calladas por tanto tiempo, que parecen haber despertado de golpe y sólo pueden rasgar por salir con una desesperación maníaca. Hay gente que sólo es feliz arruinándose la vida.

S se acerca, lentamente, con seguridad. Es extraño, me susurro... hace dos días S era un mero recuerdo ofuscado con otras cosas. Su pequeña figura blanca trae un velo de maldad que poco a poco se propaga a su alrededor, corrompiendo des de el ánimo a la conciencia.
Bienvenida a casa, si esto es lo que querías. (¿?)

Pocas canciones me han obsesionado tanto. Esa clase de de desesperanza y dolor callado... casi resignado parte el alma. Me pregunto si podré sentirme triste rodeada de extraños y posibilidades. Me pregunto si te extrañaré para siempre.



Sempre he pensat que tot succeeix per alguna raó; el món seria un lloc massa cruel si no fos així, si realment tot el que patim és el resultat de milers de casualitats ajuntades.
Una sensació de dejà vu constant m'invaeix, és com si el present ja fa temps que estigués viscut però el futur en si no arribi mai, com si no n'hi hagués.


El temps ho cura i arrossega tot, menys aquelles coses que mai canvien.

martes, 22 de noviembre de 2011

Monotonía


Y me doy cuenta del tiempo que ha pasado y me parte el alma. Quiero decir que lo haría si tuviera.
A veces me pregunto si no seremos simples inmortales estúpidos, atrapados en cuerpos perecederos. Si no es que la muerte es sólo el verdadero principio. A veces me canso de preguntarme tanto. Todo es tan repetitivo que parece que el mundo ha entrado en un sueño de monotonía constante; cualquier salida fugaz de ella no será más que la repetición de algo ya vivido, quién sabrá cuántas veces antes. Quién sabrá si siquiera importa.



And I'm the one with no soul...

Las letras se me escapan de mala manera, pero al menos sé que algún día no tendrán más remedio que volver.

sábado, 22 de octubre de 2011

Espera





No hay ni principio ni final; todo gira en formas extrañas, impredecibles. Estoy cansada de intentar hechar amarras en algún sitio de mi mar de pensamientos. La corriente me llevará a salvo, algún sitio recógnito, enfermizo. Quizá me salgan alas como de insecto y pueda elevarme unos metros por encima y verlo todo des de otra perspectiva, quizá algún día pueda verme de fuera y me odie más que nunca.
A veces sigo con la idea de que algún día despertaré y no recordaré nada, que todo hasta ahora fue soñado, la sala de espera de la vida. Y es que algo parece no encajar nunca, sin suficiente espacio.

Te echo de menos, seas quien seas.
Y tú ya sabes quien eres.

viernes, 21 de octubre de 2011

Somos proporcionalmente nada.


Buscamos la eternidad, buscamos el amor. Buscamos un sitio en un universo cambiente, imperfecto, desordenado. Buscamos algo que no existe. Y en el fondo nada se rige por nuestra voluntad, así que buscar, querer o ponerle empeño a algo no sirve de nada. Las cosas llegan por alguna razón, y pensar eso es estúpido. Y tener que vivir con un pasado pesado sobre los hombros y un futuro que se eterniza también lo es.
Siempre había tenido la sensación de que aun nuestro pequeño mundo rodante fuera efímero el universo sería eterno. Ahora me entero de que éste no es ni será el último Big Bang, no es algo singular sino un simple ciclo que se repite cada x billones de años. Aún no sé si es bueno o malo. Aún no sé cuál es la diferencia.



Somos nada en relación al mundo en si, al posible conjunto de universos, vidas existencias y esencias que hay por aquí.


A veces me aburro a mí misma.


lunes, 26 de septiembre de 2011

La casa del espejo (fragmento)




El cielo era azul sangre y su alma verde chillón, a juego con la mirada. El mundo le había dejado marca en la sonrisa, ausente. El atardecer jugaba con su pelo, haciéndolo telarañas que se extendían hasta el infinito de tu conciencia y se agarraban a tus sueños e ideas, exprimiéndolos, comiéndose tu mente por dentro, poco a poco. Su vestido amarillo se arrugaba a su paso, frenético. Era sólo una niña. Era sólo el demonio que digiere tus esperanzas una vez que cierras los ojos, la desesperación de tu mirada.
La niña llevaba una bolsa de la compra con un par de barras de pan recubiertas de hongos multicolores. Sonreía a todos los paseantes, pero ninguno de ellos parecía notar su presencia, aunque sí dejaban paso por allí donde estaba ella; como si un sexto sentido se lo dijera. Como si sólo fueran marionetas de un mago loco.
Y así pasó unas cuantas manzanas, rojas y llenas de vida, pues era el centro.
Llegó a la casa encantada al atardecer, cuando los murciélagos empezaban a violar palomas desprevenidas bajo la romántica luz de la luna.
El edificio era viejo, sin ventanas aparentes. Sólo estaba la puerta de entrada, de hierro negro, que conducía a más negrura aún. Tu alma petrolífera.
La niña se adentró, sonriente como nunca. Se sentía segura entre esas paredes mohosas.
Pasó una escalera de dos pisos a punto de desplomarse en la más absoluta oscuridad, guiando sus pasos por instinto. Instinto homicida, quiero decir. Abrió una puerta roja cualquiera, una entre centenares de esa casa que seguramente cambiaba de estructura cada tanto; para pescar y comerse algún curioso inocente. Es un mundo frío; hoy en día no sobran almas para los viejos sacrificios.
La niña se adentró en la habitación, ligeramente iluminada desde ninguna parte. Dejó la bolsa con el pan sobre una mesilla pequeña a su derecha y fue hacia la mesa grande del comedor; unos pasos por delante de ella.
Cuatro figuras negras la presidían, inmóviles.
-Siento haber llegado tarde, había cola.-su voz era dulce, demasiado.
Entonces la niña encontró el intrerruptor de una bombilla desnuda colgando del techo.  La figura más corpulenta hizo un andemán de aceptación, ladenado levemente la cabeza. La niña le sonrió y se hizo la luz, revelando las cuencas vacías, llenas de carne putrefacta, de los cuatro que, aún así, parpadearon repetidamente, como si sus inexistentes pupilas tuvieran que acostumbrarse al resplandor.
Una de ellas, la más grácil de todas, se levantó y se acercó a la niña, con gesto amable. Cogió la blanca y tierna manita que ésta última le ofrecía, y con el principio de ese contacto algo negro y duro, como las ramas de un árbol seco, empezaron a extenderse por la carne y el cuerpo de la niña, que permaneció impasible y contenta.
-Cosas más extrañas se han visto en este mundo.

domingo, 18 de septiembre de 2011


Abro los ojos y maldigo por la luz. La silla, el escritorio, la maldita cama, todo sigue igual y algo falla, como siempre. A veces siento que vuelvo a ser la cría de años atrás, que sigo igual de ciega. Nada de lo que he creído descubrir sobre mí misma, sobre el mundo, tiene sentido. Nada en esta vida tiene más sentido del que le demos.
El aire se ha vuelto frío y se clava en la piel y en la mente. Es como si todo fuera más complicado de lo que siempre ha sido. Es como si te hubiera perdido mil veces antes de tenerte realmente.



Vuelvo a sentirme avergonzada con cada palabra; la intimidad que dejo escapar me quema en la piel y hace que me pregunte rápidamente quién leerá esto. 

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Secreto


14 de junio y ya te has olvidado de que me querías. ¿O quizá estemos en mayo? Nunca caigo.
Tu ojo es un pozo negro de locura, pero la verdad es no estoy segura de que tengas. Quizá es que no lo tienes, y sólo veo las entrañas de tu cerebro, el fondo de tu mente.
El cielo está de duelo, la muerte me acompaña y me incita a avanzar hacia mi final. Ese que siempre veo a la vuelta de la esquina; se esconde pero está ahí, a cada instante más cerca que nunca antes. La luna tiene un velo de contaminación y fuego, porque todo está en llamas, desde mi amor hasta la muerte, desde el alma a la mente.

Te miro y sé que no te conozco; sólo eres mi yo más secreto.
Ven y fúndete conmigo.


miércoles, 31 de agosto de 2011

Tristeza





Ya no tenía aquella electricidad en los ojos. Empecé a pensar que ... a lo mejor no la tenía porque ya no existía. Sus ojos seguían reflejando algo ... lo que ahora era la tristeza.
A partir de entonces empecé a ver la tristeza en todas partes, cada cara era diferente pero en el fondo igual. Veía la tristeza en cada uno de los rostros, sentía que se me partía el corazón una y otra vez ... y cada vez como la primera.


La vida es algo más que la suma de sus partes.

lunes, 29 de agosto de 2011

Todo ruge




La noche brilla, mientras todos nos regodeamos en el placer del anonimato. Te diría que te quiero si fuera yo, aunque quizá si no lo fuera también. Te diría mil cosas si eso no me pareciera una pérdida de tiempo.
Estamos sentados en una mesa, dorada como el mismo sol del atardecer temprano. No somos nadie porque no tenemos cara. No tenemos cara porque nacimos sin corazón; el mundo se lo comió.
El aire está cargado de euforia; el riesgo de la intuición, de dejarse llevar por una vez. Tirarte de cabeza esperando ser arrollado, adentrarte en la oscuridad.
El humo se levanta de cada asiento de la mesa, redonda, con un bailoteo sensual. Y es que te hubieras follado al mismo oxígeno de tus recuerdos. Y es que todo brilla y es follable en tu mente.
Una sombra se levanta, alta y fugaz, lleva capucha oscura. Juraría que es la muerte misma, tu muerte, si no fuera porque ahí no existe. La eternidad se lee en tu mirada vacía.
A esa sombra la seguimos todos, como guiados por un destino ausente, invisible, inexistente. La seguimos por lo que parece ser una ciudad maldita. El neón ciega al pasar y la música se escucha tan alto que nos retumban hasta las rodillas. Todo ruge.
Llegamos a un alcantilado. Eres el único que se acerca, curioso e impaciente, para ver qué hay más allá. Un mar de aguas rojas se balancea, con un ir y venir lento, las rocas cubiertas de sangre seca y la muerte brillando en el cielo, contradiciendo la eternidad. Todo es riesgo en esta vida, y en las otras.
La figura alta que nos condujo sonríe ahora, con un resplandor enfermizo en la mirada. Acto seguido y sin dilaciones, da un paso al vacío, por encima del alcantilado. Su cuerpo llega entero al agua, donde se sumerge para no volver a salir.
Todos sabemos que vamos a morir. Todos sabemos que no hay escapatoria. Y nos encanta.

martes, 23 de agosto de 2011

Too much time



La musica inunda la estancia, reluciente, brillando a causa de las sombras, de un pasado que me persigue, y es que la nostalgia sin sentido forma parte de mi identidad.
Nunca me di cuenta de cuenta de esto realmente, pero todo esto, des de el detalle de este blog hasta la hora en la que me levanto por las mañanas o lo que siento cada vez que contemplo el rojo cielo de mis mundos submergidos esta relacionado. Todo tiene la misma meta y sentido. Y eso es lo que em enseño a ser quien soy. Lo que condujo mi vida mas alla de toda razon hacia aqui. Hacia donde sea que este.
Vivo en el sendero de "lo que pudo haber sido pero no fue"; soy pasajera permanente, fingiendo caminar pero sin moverme.
La vida se trata de eso al fin y al cabo, de hacer lo que sea para matar demasiado tiempo, de beber de tus sonrisas, seas quien seas; discernir las dimensiones inconscientes de nuestra entidad, sea esta formada a desicion nuestra o por cumulos de experiencias.

Echaba de menos este sitio, por perro que sea. Echaba de menos su proposito inicial, sin mancillar. Echo de menos demasiadas cosas.

Algun dia te encontrare, sombra perdida, fantasma del remordimiento, y por fin sabre cual es el propostio de lo que pudo haber sido y no fue.




Escribo sin acentos porque estoy fuera del pais, y los teclados de aqui son curiosos xD

miércoles, 3 de agosto de 2011

I wish I was the moon


Hacía tiempo que no llovía así. 



El mundo estaba cubierto de sombras, el cielo lloraba sangre y la luna era su paño. La calle, llena de caras imperceptibles y efímeras, estaba cubierta de aire, etérea. Yo caminaba hacia ninguna parte, conducida por entes superiores hacia mi pequeño destino; una plaza escondida entre los mapas indescrifrables de esa ciudad.
Los árboles, aún rojizos por la lluvia que ya aminoraba, escondían ese sitio de cualquier rayo de luz que intentara traspasar y lo hacían parecer una cáscara, un sitio seguro y aislado de todo lo demás.
La plaza conectaba tres callejones más, en forma de x, como la cruz que se tacha en exámenes o la que tú llevabas encima, sentada y escondida, olvidada y perdida.
Tu figura estaba detrás del tronco de árbol más grueso, escondida entre los pliegues de un vestido blanco que se arremolinaba a tus pies. Los míos, que ya no me respondían, me llevaron en tu presencia, como quien no quiere la cosa. Tenías la mirada lejana y empeñada en soledad; esa luz que te decía que todo estaba hundido, que todos caeríamos en el vacío.
Te levataste y aprecié tu persona como algo impredecible, y es que sólo eras una sombra perdida. Con pasos vacilantes te acercaste y noté tu perfume a limón. Acercaste tus labios a mi oreja. Ibas murmurando algo ininteligible, como hablando en sueños. Entonces, por quién sabe qué maldita ley física paraste, y tus ojos, brillando en ternura y tristeza a partes iguales, se alzaron, como mostrándome. La oscuridad espesa, con la luna más roja que la sangre misma, de fondo.


Hacía tiempo que no relucía así.

sábado, 16 de julio de 2011

Nostalgia




Los esquemas mentales de antaño ya no me sirven, es como si cada medio minuto mi mente se recvolucionara y las telarañas de pensamientos ya no sirvieran.
La nostalgia me arropa entre sus garras, haciéndolas pasar por suaves alas. Pensándolo bien, siempre he estado entre sus garras, oyéndola susurrar pasados inexistentes.
La nostalgia siempre ha sido una mala puta, única y bella a partes iguales. Con su voz letal y ojos vacíos. Me hace mirar atrás, buscando el significado de todo lo pasado como si de ahí sacara mi aire, como si eso pudiera ser mi salvación, sin darme cuenta que no hace más que condenarme.
Todos estamos condenados.

Nota: Sé que la canción es casi el antítesis de lo escrito, pero el contraste me gustó.

viernes, 15 de julio de 2011

Your eyes, your eyes






Et miro als ulls i sé que res ha cambiat. Et miro al ulls i sé que m'hi podria perdre, ofegar-me en móns paral·lels presents només en les teves pupil·les. Et miro als ulls i sé que el món continua sent una merda, que tots aquells somnis passats continuent cremant a dintre meu, maleïnt cada instant de silenci. En el fons sempre havia sapigut que érem ànimes perdudes, mortes. Res no ha tingut mai més sentit del que li poguem donar a base d'hipocresia.
Em perdo en la teva mirada, que tant podria ser blava castanya o vermella, perquè tu no ets ningú i tothom a la vegada, perquè tu només ets l'ombra d'un passat insegur, de les il·lusions que es van podrir fa tant. I es que tot s'acava podrint i només sé recordar la teva figura amparada en foscor, fosa amb ella, com si totes dues, fantasma i buit, fóssiu la mateixa cosa. Com si algunes coses ja mai tinguessin solució.
Et miro als ulls i només sé una cosa, i es que no existeixes.

martes, 12 de julio de 2011

Precio necesario

Escribir se ha vuelto algo fatídico desde que las esperanzas de futuro son casi reales y el sueño de un mundo imposible no es más que nada.
Llevo días amparando mis sueños en mundos extraños, mundos que no deberían significar nada más que el hecho de que mi subconsciente pierde el norte. Sueños que me llevan a pasados inexistentes, que me devuelven a épocas de mi vida perdidas, y despierto pensando en si hice, aunque sólo fuese una vez, lo correcto. Y es que tú, sombra anónima, jamás exististe. Y es que tú, mi pequeña inspiración y soplo de aire fresco, te has desvanecido entre tanto gas tóxico.
A veces pierdo la noción del porqué de las cosas. No entiendo bien si he caído en la rutina o quizá jamás estuve fuera de la monotonía. Es como si el dolor, el que siento más lejano que nunca, fuera el precio necesario para que mis sueños tuvieran sentido. Como si sólo pudiera avanzar como persona cuando estoy sumida en vacío.



-La inspiración sólo llega con los cielos más oscuros.
Y la brisa se lleva tu voz, lejos de mi vida, que sólo es luz.

lunes, 4 de julio de 2011

Y tú lo eras todo




Solías tener todas las respuestas y esa mirada perdida que sólo estaba para despistar. Solías ser la mejor de las zorras, como el ángle caído más bello o la píldora más mortal.

En esos tiempos el mundo era simple y tóxico. Y tú eras mi mundo. Vivíamos en la calle, pues éramos hijos de nadie. Comíamos corazones de paloma à la Matelote con vino de tetrabric mientras veíamos el mundo transcurrir el uno en los ojos del otro; mientras follábamos como locos en un rincón del cementerio, junto a la lápida de un psiquiatra suicida.
En esos tiempos el cielo estaba saturado en gases letales y gaviotas mutantes. Y tú eras mi cielo. Los partes meteorológicos anunciaban lluvia sin ceso y el ocaso de las almas (ambos buenos presagios) y cuando eso sucedía nos refugiábamos en alguna estación de autobús fantasma. Me gustaba la mirada de los futuros pasajeros entonces; tenían esa clase de mirada vacía y opaca, propia de los muertos y las muñecas de porcelana.
En esos tiempos la vida era fácil y triste. Y tú eras mi vida. El día a día, que no monotonía, se pintaba con una capa espesa de masoquismo existencialista, como si todo lo que hiciésemos tuviera un sentido más allá de todo. Nos creíamos superiores por ser lo más bajo según el criterio universal, y nos encantaba.

Sueles tener todas las respuestas y esa mirada vacía que sólo está  para advertir que tú ya no estás. Quizá la he jodido ahogándote este lunes tarde. Quizá tú eras mi ninfa de la pureza, mi ángel salvador o mi poción para la felicidad. Pero yo sólo quería tenerte conmigo.

viernes, 1 de julio de 2011

Dinámica de letras



Las letras, dulces, libres, sangrientas, se me escapan como arena entre los dedos. Pequeñas partes de uno mismo nacen y mueren cada día. En seis años todas tus células se habrán renovado. En seis años serás alguien nuevo. La inspiración es un proceso químico que jamás entenderé. La inspiración es una ramera barata que se fuga con cualquiera. Esto sólo es uan excusa por haber perdido mi identidad entre lágrimas y risas. Los cambios siempre son duros.  Siempre me ha dado miedo que gente conocida, gente con cara, nombre y recuerdos compartidos lea esto. Miedo de dejar entreveer verdades que no conozco ni yo.
Las letras, frágiles, simples, punzantes, me faltan como el aire, y su ausencia quema remordimientos en mi piel. Siento que todo pasa y lo peor es que es pasajero. Y es que tú, sombra anónima, has desaparecido llevándote todo el oxígeno contigo. Y sólo quedan humos tóxicos y letras insulsas. No es como si en algún momento las hubiera habido de otra forma. No es como si en algún momento esto hubiera tenido alguna pretensión más allá de la de liberación.
Las letras, dolorosas y fugaces, no existen. Son un mito, son los padres y son el diablo. En caso de que siga vivo. Las letras son mi alma muerta, tu mirada tintada en castaño soledad. Quizá las letras sean el pilar del mundo. Las letras so el amor, el odio, la carne sangrienta y la luz de amanecer. Las letras son el mundo mismo. El manifiesto del espíritu.



A falta de buenas letras mías, dejo éstas.

Mierda pseudoromántica

La luz se apaga. El cielo es rojo sangre con tintes de petróleo. Buen presagio. Las estrellas van a colisionar contra el asfalto, creando pequeñas explosiones de materia volando hacia ninguna parte. Tu mirada perdida en ninguna parte, pero taladrando mi alma. Mi alma que no existe, la falta de un cielo y un infierno nos da libertad infinita. Hace que podamos pasarnos la tarde follando o desmembrando vírgenes. Tú escoges. Tú siempre escoges, tienes esa alma muerta que parece darte derecho a vivir en otra dimensión, en otro universo. Ahora dicen que podría haber muchos otros universos. Me pregunto si en los otros el mundo será tan gilipollas como en el nuestro. Todo está podrido. Hasta los condones de látex de la papelera, están podridos. Tu mirada llena de vacío existencial está podrida. Las putas estrellas, desde su situación superior, están podridas.  Y van a colisionar, se acercan cada vez más rápido, sentenciándonos al impacto. Escribiendo una muerte rápida, de sangre y vísceras esparcidas. De almas muertas y mentes robadas. De dolor y alegría. Buena combinación. Escribiendo esta mierda pseudoromántica y existenciual que sólo significa que mi mente no da para más. Pero nada de eso importa, porque para entonces ya me habrás besado. La luz empieza a brillar.

sábado, 25 de junio de 2011

Estertor de Conciencia


Siempre me han maravillado las ideas. Esos parásitos del alma, procedentes de ninguna parte, okupas de la mente.



Todo pasaba muy rápido delante de sus ojos, las imágenes tropezaban una detrás de otra como las piezas de un domino, sólo que en este caso no había lógica alguna. Esta vez el caos reinaba.
Había un hombre, pequeño y de ojos verdes, relucientes como los de un pez, que le ocupaban media cara. Se movía nervioso por la recámara a la que se había visto relevada su conciencia. Su pequeña conciencia, la que sólo era una parte de una mayor. Era un fantasma. Lo sabía porque dudaba de su existencia física, el hombrecillo no era más que una sombra del deseo o la culpa, siempre luchando; debatiendo las metas de todo un pequeño centro de luz del mundo. Una vida.
En el fondo su mente siempre había sido un hervidero de personajes aparentemente inconexos que se manifestaban, a veces sutiles y a veces haciéndolo gritar incoherencias en un súper, al mundo exterior. Todo era posible. Todos los carácteres y virtudes de unn persona se manifestaban en forma de sombras, aullando en la mente, que era una mansión, una ciudad embrujada a veces. Lo físico era una simple proyección de lo sentido. Nada en este mundo es casualidad.
El pequeño fantasma, el hombrecillo de los ojos de pez y de prados acabados de podar, gritaba, arañaba las paredes de ese cuarto blanco ensuciado. Manchaba con la sangre de debajo de las uñas la puerta, chillando por salir, suplicando a ratos. Sabía que nadie lo oiría, pero aún así su misión en el mundo era gritar, rogarle a un o mil Dioses inexistentes por libertad. Sabía también qué estaba suciediendo ahí fuera, podía oler el aroma a muerte y café sin leche. Los cadáveres siempre desprendían ese olor amargo, a podredumbre y carne pasada en cuanto pasaban demasiados días des del estertor de muerte. Y ese aire le ponía los pelos d epunta, lo hacía enloquecer por salir.
Veía como la luz, su pequeña luz, se iba apagando más y más, perdiéndose el ápice de humanidad que podía conservar ese ser mayor al que servía. Su visión se emborronaba cada vez más, estropeando su conexión con la mente principal. Nada es eterno. El hombrecillo sonrío, vislumbrando ya su fin, dispuesto a afrontar la existinción de lo poco que quedaba de él con cierta dignidad e ironía quizá. La oscuridad engullía la recámara; la oscuridad se extendía como una serpiente, como petróleo comiéndoselo todo; la oscuridad se follaba lo poco que quedaba de su alma. Hasta que no quedó nada.

Memorias de las voces y sombras de un asesino inconfeso (I)



viernes, 24 de junio de 2011

Para quien sea (y tú ya sabes quien eres).


La pulsación es fuerte, marcando el ritmo de la respiración, la lucha, el amor. La pulsación es la vida misma. Todo vibra y se mueve lento.
El cielo es tan azul que duele al mirarlo y cuesta imaginar que en ocho horas toda esa luz sea simple oscuridad. Hace esa clase de calor que no molesta, sólo acoje. Vamos en un coche, aunque eso poco importa, lo trascendental es el viaje, el camino estúpido hacia ninguna parte que nos lleva al centro de mi insospechada felicidad. Estás sentado a mi lado, aunque no conduciendo, pues nadie hace falta que lo haga. Esto es mi mente, y, si quiero que los coches se conduzcan solos, pues lo hacen. Creo que vamos a la playa, a ver ese mar de plata infestado de maleficios y leyendas.
Sonríes y sonrío. Almas muertas, inexistentes, resucitadas. Te diría que te quiero si no lo hubiera hecho ya mil veces. Te diría que todo es genial si no viera que tú ya lo sabes. Te diría mil cosas pero no hay palabras; las letras se escapan, ágiles y marchitas. Hay momentos donde las descripciones sobran.
Sonríes y sonrío. Y tu mirada, de café y coca cola me anima a ser feliz, como si no serlo en ese momento fuera un insulto hacia el universo. Ese jodido universo que, extrañamente, hizo que te encontrase.
Sonríes y sonrío. Siempre había creído que el echo de dos personas completándose mutuamente no era más que ser el uno impaciente y el otro paciente, uno alegre y el otro triste. Pero nada puede ser tan simple. La combinación perfecta es el mismo yin yang; tú jodiendo mis fantasmas y yo exorcizandos tus demonios.




No me gusta esta canción, ¿pero quién soy yo para discutir la perfección de este instante?

miércoles, 22 de junio de 2011

Colapso

Duérmete. Cierra los putos ojos y olvida lo que viste. Dime que me quieres, no me improta si mientes. Tú sólo murmúralo, no lo digas muy alto, a ver si los ángeles te oirán y bajarán de su apestosa comodida celestial para arrastrarte con ellos. Pues tú formas parte de su estirpe, aunque no lo sepas ni quieras admitirlo. Lo vi desde siempre, tenías alas en forma de corazón y mirada de zorra implacable. Pero tú dime que me quieres, no me importa si no es cierto, el auto engaño es el seno del que mama este nuevo mundo, forjado en hipocresía. El apocalipsis está cerca, eso también lo sabes. Tú lo sabes todo. El fin se aproxima con pasos suaves de gigante, pues la falsedad no se sostien de por sí sola demasiado tiempo. Y tú eres un rayo de luz, un puto rayo de luz. Miento. Tú eres la luz. Brillas como una mala puta, con esos ojos de zafiro estrellado. Y esa mirada me roba el alma, ya muerta, y le hace el boca a boca hasta que consigue que vuelva a pensar que el mundo tiene esperanza, aunque no todo el mundo la alcanza. Hay algo extraño flotando en el aire, como un aroma a muerte que va a asfixiarme. El sol se precipita sobre el horizante, el mundo va a colapsarse en 3... 2... 1... Pero a mí eso no me importa, tengo suficiente con que me digas que me quieres.


lunes, 20 de junio de 2011

Ensayo ideológico


Ésta no es una entrada literaria, sino una de ideas.




El mundo está jodido. La gran mayoría trabaja para que unos pocos se hagan más ricos de lo que ya son, y éstos últimos sirven en pro del capitalismo, que a su vez respalda el consumismo masivo. No entiendo nada de política, ni de leyes ni dinero, pero se ve de lejos que los sistemas de organización económica acaban extendiéndose a la sociedad, y a partir de ésta a las personas. De esta forma esto no va sobre el inicio de la crisis, el aumento del paro o el hecho de que seamos o no carne de polítcos y banqueros, esto va sobre mentalidades. Llevamos tanto tiempo sumidos en el sueño capitalista que nos hemos olvidado de valores fundamentales y primarios como la naturaleza o la libertad. Son cosas que sacrificamos hace mucho en pro de un sofá con rallas verdes de diseño o el nombre de alguien en al etiqueta de nuestra ropa. Llevamos tanto tiempo sumidos en esta locura que el despertar parece una cosa lejana, inverosímil. Y esto sólo lleva a espirales de obsesión cada vez mayores, hasta que llega un punto en el cual lo que poseemos acaba poseyéndonos, volviéndonos esclavos de nuestro propio sueño material. Y esto tiene que cambiar, por el simple hecho de que nada es eterno y el mundo ya está cansado de estas gilipolleces. Este régimen del consumo tiene que llegar a su fin, sea como sea.

 Y la gente se está movilizando, el problema es que nadie quiere ni mancharse ni sacrificarse personalmente, y las revoluciones nunca satisfacen a todos ni están organizadas al milímetro, así que es inevitable que parte del movimiento falle. Pero la esperanza de que el 15M cambie algo sigue ahí.

Si no nos despertamos con la utopía nos dormiremos con la realidad.





lunes, 13 de junio de 2011

Indiferencia


Vuelvo a sentierme triste, y después de tantas noches perdidas acabo pensando que quizá fui diseñada para esto, justo como otros fueron diseñados para no preocuparse o vivir por la piel. Quizá es que no sé ser feliz con lo que tengo, pequeños detalles que fallan.
A veces el mundo simplemente apesta: apesta a hipocresía, indecisión, desesperanza quizá. Pero la esencia del saber vivir está en dejarles estos menesteres mayores a los que puedan ocuparse, o a los que quieran.
Nos pasamos la vida haciéndonos preguntas inútiles, y lo único de lo que verdaderamente podemos sacar algo es de si sabemos quién coño queremos ser nosotros. La propia individualidad nos salva de la locura porque -aceptémoslo- el mundo hace rato que ya está jodido, condenado, podrido, ahogado y defecado. Pero poco importa. Porque nada eterno merece la pena, y lo difícil de la vida sólo la hace interesante.






Nota:
Nunca quise que esto se convirtiera en un diario personal y entradas como esta me reconcomen, pero tampoco importa mucho. Nada puede expresar la totalidad de la forma de pensar, sólo una salida temporal a cualquier idea.

domingo, 12 de junio de 2011

Colisiones


Llevo cierto tiempo sin escribir y las palabras se me resisten, agarrándose a las paredes de mi mente como si quisieran seguir siendo emociones, fórmulas químicas en mi cabeza y nada más.



Llovían estrellas. Era un echo, algo clarísimo en su mundo. La sombra estaba plantada en medio de la calle, desierta de tantas almas que se había tragado ese sitio, con su figura pálida y delgada, casi espectral. Su mirada tintada de verde fluorescente relucía al son de las pequeñas piedras brillantes impactando contra el cemento, causando una pequeña chispa de luz más potente al colisionar.
Siempre había sospechado que algo iba mal con ese mundo; ahora lo sabía.
La sombra se miró los pies, si es que podían llamarse así; se aguantaba con algo parecido a unas garras con forma de pie semihumano, y vio que pequeñas quemaduras enrojecían su piel, de las chispas procedentes de la lluvia.
Y aunque todo resplandeciera el mundo parecía pintado en blanco y negro, completamente monótono. Desprovisto de euforia.
Creía recordar que no siempre había sido así, que hubo un antes en el cual la soledad no podía cortarse como pan en el aire y que parecía que hubiera un futuro.
La lluvia empezó a intensificarse paulatinamente, con proyectiles cada vez mayores que al chocar le provocaban quemaduras cada vez mayores, consumiendo su piel; aún así ella sólo notaba pellizcos, hacía tiempo que el dolor le parecía algo intrascendente, cotidiano. Aunque tampoco entendía el concepto del dolor lo bastante bien como para sentirlo, justo como le pasaba con el amor, la lujuria, el odio..., las emociones eran algo que parecía exclusivo de este mundo, ya apocalíptico, algo completamente desconocido y molesto a partes iguales. Se sentía sola sin saber si quiera qué coño significaba eso.
El ambiente se iba volviendo cada vez más irreal, como si el aire se estuviera disolviendo en la nada y sólo quedara mente y conciencia. Corazón y soledad.
La situación no podría sostenerse mucho más; los proyectiles, cada vez mayores, impactando desintegrando  a la sombra. Levantó la cabeza, tensando la piel amarillenta del cuello hacia arriba, rezando por algo, cualquier cosa con tal de no perecer ahí, en ese mundo abandonado, pero nada ocurrió. Como era de esperar.
Mantuvo la mirada clavada en ese cielo, de un gris tan bello que dolía sólo de verlo. Había algo precioso en lo efímero de todo, y el echo de que la sombra fuera inconsciente de eso también le confería a todo un aspecto más mágico, como si ella formara parte de ese mundo desde su creación, y estuviera obligada a perecer con él.
-Si no nos despertamos con la utopía, moriremos con la realidad.
La sombra empezó a hacerse cada vez más vaporosa, difuminándose y desapareciendo al son del mundo que visitaba. Echó su último aliento y abrió con más fuerza esos ojos inhumanos, con los que podía haberse comido el universo, y se disipó.

sábado, 11 de junio de 2011

Identidad


Siempre he sabido una cosa del cierto, y es que no sabía quién era o quién quería ser. Sé que la confusión sobre la propia identidad es algo más que común a mi edad, así que intento dejarlo pasar, con el único resultado de obsesionarme más a cada paso.


-Corta mi corazón en pedazos y quémame con mis sueños, ¡son lo único que tengo!
La figura era bajita, con los ojos gigantes y redondos como lunas, verdes y húmedos. Se movía de forma enérgica delante del espejo del centro de la estancia. Aunque de echo, él estaba dentro del espejo.
-¿Y eso a qué coño viene?
Oía mi voz en off, como si procediera de otro universo, y es que en el fondo era así. Estaba plantada delante del espejo... fuera de él, aunque quizá la figura tenía la misma perspectiva que yo y me veía a mí encasillada en algún mundo imposible. Quién sabe. Había algo asfixiante en todo el ambiente, como la maldición que se cierne sobre los mejores momentos de nuestras vidas; todo está condenado.
-Sabes muy bien de que va todo esto. Esto va sobre ti, como siempre, puta narcicista.-No respondí nada a eso, si quería explicarse lo haría. Ya estaba cansada. Cansada de que todo fuera insuficiente, de que todo fuera tan simple y complicado a la vez, de tener que vivir con mis errores y aciertos. Todos hemos querido ser otra persona alguna vez.-Estás en un momento crítico. Tosdo lo que hagas ahora te marcará de por vida... ¿y tú que haces? Sueña que estás en algún otro lugar, lo bastante lejos como para no reconocer nada de todo esto.
-¿No crees que me merezca ser feliz?-Algo en esa pregunta hizo que se me quebrara la voz, como si ya supiera al respuesta.
-Tú no eres como ellos. Tú no quieres ser feliz, o al menos no deberías. Teníamos esperanzas antes de que te las cargaras, ¿recuerdas?
-¿A eso lo llamas esperanzas? Además, mírame coño.- Tuve una rápida sensación de que ya había vivido esa parte, todo se repetía de universo a universo.- Sigo siendo la misma imbécil de siempre, ¿no? Hay cosas que nunca cambiarán...
-Todo el mundo cambia, continuamente. Las personas somos un 30% sensaciones, un 10% inteligencia y todo lo restante emoción en estado puro, algo que por naturaleza nunca se mantiene constante.
-¿De dónde te sacas esas cosas?
-Sé sólo lo que tú sabes.
-O me invento.
-Touché. Pero a lo que iba, no deberías tomártelo tan a la ligera: a veces vives como si nada importara realmente, como si creyeras que en cualquier momento puedes vovler a empezar si algo se jode.-En ese momento puso los ojos en blanco e hiza andemán de exasperación.
Algo desencajaba completamente.
-No sirve de nada hacerse espectativas erróneas sobre uno mismo, ni hacerse pautas para un camino que desconocemos. No sirve de nada pretender que las ilusiones que tenemos ahora serán las mismas que de aquí diez años o las que teníamos de niños. Por eso voy a vivir, simple y llanamente. Y oye, que si la vida me lleva a ser una ama de casa a los treinta, con un par de criajos estúpidos a los que cuidar, o si no paso de los veinticinco..., ¿qué más da? Dudo que algo de lo que me proponga ahora influya. Así que dejo que todo fluya.
La sombra, pues siempre lo eran, me clavó esos rasgos tan expresivos, buscando algún fallo en mis ideas. Sonrió, satisfecho, y dio un par de golpecitos al cristal del espejo con el índice. Por un momento pensé que con sólo ese toque el espejo se rompería y mi pequeño mundo caería en el caos.
-Tienes razón, pero no te acostumbres.



lunes, 6 de junio de 2011

Intuición divina


Soy atea practicante y doy gracias a Dios por haberme hecho así. Soy completamente cerrada en cuanto a creer en entes superiores que controlen nuestras vidas y, si es que los hay, son personajes realmente tristes, condenados a la soledad de no tener a ningún igual la lado o simplemente echan indiferencia hasta en la sopa. Siempre he considerado que la fe era simple ignorancia puesta en un pedestal, que sólo los cobardes se escondían tras ese velo.
Y, aún así, aquí estoy, vigilando de calzarme primero el pie derecho, segurísima de que la creación de un mundo tan completo y perfecto, tan bello y repugnante a partes iguales, no puede ser simple coincidencia, porque si lo fuera algo iría maravillosamente bien. Y sé por experiencia que nada va nunca bien, o si lo hace es para que el choque final contra el fondo sea más doloroso si cabe.
Las contradicciones se acumulan.
Pero, ¿sabes qué?
Que no me importa, que te miro a los ojos, seas quien seas -y tú sabes quien eres-, y quizá sí pueda llegar a creer en algo así como un hilo que aguanta las pequeñas casualidades que definen una vida. El azar guiado que nos acompaña quizá sea simple intuición, de esa ancestral y primaria, esa intuición primordial que conlleva la vida y en la que siempre he creído ciegamente. Y hasta aquí me ha guiado la mía, para bien o para mal, no me arrepiento de nada.




Sigo teniendo pesadillas, 
pero al instante de despertar se esfuman por tu culpa.

sábado, 4 de junio de 2011

Enfermedad


http://www.youtube.com/watch?v=IdX_FfxlxdU


Sabía que en el mundo había un lugar; una ciudad oscura que había devorado las almas de sus habitantes. Y en esa ciudad una casa, reconcomida por la mala suerte. Y dentro de esa casa una habitación con un espejo en el centro, y en ese espejo quedaba la pizca de trascendencia que mantenía al universo girando.

S estaba en el centro de la sala, sentada sobre una silla invisible que parecía realmente cómoda. La habitación era pequeña y oscura y el aire parecía temblar a nuestro alrededor. Yo estaba de pie, delante de S, sin saber muy bien qué había venido o estaba haciendo allí, como si de pronto me hubiera despertado en un lugar remoto sin saber cómo había llegado.
-Así que me evitas.
Era una acusación clara.
-¿Tanto te sorprende?
-Pensaba que eras diferente.
-Explícate.
En ese momento S rió, como si el que yo hubiera encontrado cojones suficientes para exigirle a ella algo fuera gracioso. En un instante estaba sentada en su trono invisible y al siguiente de pie junto a mí, clavándome esa mirada incompleta que parecía esconder todo el odio del mundo concentrado en la pupila. Era una cabeza más baja que yo, pero su presencia asfixiaba tanto que habría juraqdo que no le pasaba de las rodillas.
-Muy bien; esperaba que no te conformaras, esperaba que le demostraras al mundo que no necesitabas a nadie, que tú y sólo tú tenías los cojones de hacerle frente a lo que fuera. Supongo que esperaba que no tuvieras corazón, pequeña.
Sentía sus labios de acero en la oreja mientras susurraba, había algo completamente íntimo y personal en la proximidad física con S. Justo en ese momento, como si lo hubiera sentido, se apartó y volvió a sentarse en el aire.
-Así que te decepciona que sea o intente ser feliz.
-Joder, ¡claro que me decepciona! -Era de las únicas veces que la había oído gritar; empecé a temblar sin darme cuenta, aunque su expresión no era de enfado, bajo su mirada había pura diversión.
En algún momento me había empezado apicar la nariz, y aunque había hecho el gesto de rascármela, la molestía seguía.
Pasamos un rato así, en silencio. Nunca me daba cuenta de lo que echaba de menos a S, aún cuando su presencia prolongada me provocara náuseas sentía que era una parte fundamental del mundo, como si estuviera presente en todas partes. Amén.
Una pregunta me reconcomía el pensamiento, luchando contra el miedo por salir.
-Quién eres? -la voz me salió de las entrañas, sin pertenecerme siquiera.
S me clavó su ojo blanco, taladrando y rebuscando en mi mente.
-¿A qué viene esto?
-Sólo es una pregunta.
-Una pregunta que podrías haberme hecho en años, pero es ahora cuando decides soltarlo.
-Nunca me había planteado realmente por qué estabas donde estabas, simplemente te necesitaba, eras parte del aire que respiraba y debáis seguir ahí. Ahora las cosas han cambiado.
Lanzó una carcajada, como si hubiera dicho una grandísima gilipollez y ni me diera cuenta.
-Ya claro... ¿que quién soy, dices? Supongo que soy tú misma en otro mundo, soy todos los demás si hubieran tomado otro camino... soy un final. No tu final, ni el de nadie en concreto, pero sí un final.
-Yo hubiera dicho que eres la muerte...
-¿Qué? ¿Esto era una prueba para ver qué respondía? -la muy puta parecía estar pasándoselo en grande.
-Sabes perfectamente lo que era; un intento más de averiguar algo.
-¿Quieres que te ayude a descubrir algo?
-¿El qué? -no me fiaba ni un pelo, pero tenía que seguirle el juego, simplemente era así.
S volvió a levantarse a la velocidad de la luz, me agarró por un brazo y pude notar sus dedos, finos y duros clavándoseme en la carne para llevarme casi a rastras y de improvisto delante del espejo. Me costó un poco distinguirlo bien en la oscuridad, pero en la superfície sólo me veía a mí, aunque S estuviera a mi lado. Pero lo extraño no era eso, lo jodido era que yo no tenía nariz; en su lugar un cúmulo de hueso y carne semiviva, con los dos agujeros aún presentes. Me entraron arcadas casi instantáneamente. Me giré y pude ver a S sonriendome con esa maldita mirada de supernova.
-Tú no eres el fin, eres la enfermedad.





viernes, 27 de mayo de 2011

Pasar página





Había algo mágico flotando en el aire, quizá fuera el perfume a muerte o quizá nuestro futuro aplastándonos, acercándose con mas embestida que nunca.
-No creo en el amor.
-Lo sé, pero es mentira.
Me quedé un rato reflexionándolo, y admití que tenía razón. Como siempre.
-¿Sabes que te quise?
-También lo sé, pero eso se acabó.
-Cierto.
Sonreí, y fue de esas sonrisas que intentas esconder por miedo a que la felicidad se te escape por esa curva.
-¿Le quieres, verdad?
-Sí.
Pasó un largo silencio. Me habría gustado pensar, Jimmy, que te reconcomía que hubiera conseguido todo esto sin ti. Me habría gustado ver una sombra de envidia en ti, pero no fue así. El mundo seguía siendo una mierda, el mundo seguía dando vueltas como una mala puta y el mundo seguía sin merecer la pena, pero algo me susurraba que en el fondo nada importaba. Bueno, salvo una cosa.
-¿Seguirás necesitándome?-La voz de J sonaba algo triste, aunque quizá eran imaginaciones mías.
-No. No te necesito, pero tampoco me importa que sigas por aquí.
-Joder C, no te reconozco.-En cualquier otro momento eso habría sonado a decepción, yo había sido tu proyecto de mentalidad, lo sabía muy bien Jimmy, pero lo dijiste con algo casi parecido a la admiración, algo que jamás habías parecido manifestar hacia mi persona. No antes.
-No sé... ¿es esto felicidad?-Realmente esperaba que me contestaras, tú eras el único que tenía respuestas para estas cosas.
-Aún te queda mucho camino para eso, pequeña. Pero confío en ti. Aunque bien pensado no, no confío en ti, confío en él.
Lancé una carcvajada nerviosa al aire, había algo que me ponía los pelos de punta en lo que habías dicho, y no acertaba muy bien a saber qué era.
Jimmy simplemete dio media vuelta, con su pitillo entre los labios y esa mirada que era más vieja que el universo.

*   *   *   *   *

Siempre digo que las sombras nunca dejarán de seguirnos, que el pasado se nos graba a fuego en la mente y nada desaparece realmente. Pasar página es continuar en la misma historia. Pero ahí está J y aquí estoy yo. Y soy feliz porque ¿sabes qué? Todo brilla.

sábado, 21 de mayo de 2011

Nadie




Los ojos esmeralda de Nadie me taladran el cráneo. ¿O son rojos? Sí, es eso, rojos como la sangre pura, sin ensuciar. Estoy en un avión. En el fondo no tiene sentido, creo recordar que hace sólo dos semanas era un canguro. ¿Qué coño hacía un canguro en un avión? El proyecto de evolución personal es algo del pasado, anuncia una voz en off, tomen asiento y abróchense los cinturones, despegamos hacia el subconsciente, señoras y señores. Entonces se oye un pequeño estruendo, anomalías aéreas sin importancia, dice Nadie, que se sienta a mi lado. Nadie es delgado, y tan pálido que sólo podía esperar que oliera a cadáver, pero no es así. Nadie huele a caramelo derretido y a la casa de mi abuela cuando era niña, a mercado los sábados y escuela los lunes; Nadie huele a pasado e infancia. Entonces N se gira hacia mi, con esos hojos tan rojos que parecen cerezas desangrándose:
-¿Sabes? Deberías tomártelo todo con más calma.
-¿Por qué lo dices?
-Porque eres un canguro.-justo en ese momento veo mi reflejo en la ventanilla del avión; tiene razón.
Estamos sentados al lado de los motores, así que el estruendo es insoportable, mucho más de lo habitual. De pronto el avión se inclina bruscamente hacia la izquierda. Los pasajeros, gente sin nombre ni cara hasta ese momento, empiezan a coger las mascarillas de oxígeno y a ponérselas como títeres, sólo que esta vez no contienen aire, sino un líquido viscoso y rojizo; justo igual que la mirada de Nadie.
Entonces miro por la ventanilla; todo el cielo está pintado en sangre, vibrante. Estoy sobrevolando el océano de mundos parelelos que es la Nada.
Me giro hacia Nadie.
-¿Quién eres?.-ahora me doy cuenta de que, por mucho que sea un canguro, conservo mi voz humana intacta.
-Lo importante no es quien soy, sino porqué estoy aquí.
-¿Y?
Nadie sonrió enseñándome una hilera de colmillos amarillentos.
-Es obvio. Para matarte.

Compradores


Siempre he tenido alguna especie de obsesión malsana con la muerte. Hay algo completamente mágico o sexual en pensar en un gatito muriendo de inanición o que algún día gusanos anidarán en mis cuencas oculares. Quizá sea yo la que esté algo torcida, quién sabe, pero los medios de comunicación nos la venden en bandejitas de plata y nadie dice nada. Es más, la población entera se hace pajas mentales con una adolescente violada y descuartizada de turno. Y no pasa nada, porque todos hacemos como que lloramos por ella, pero sin que tengamos luego ningún pelo en la lengua para condenar a quién a nosotros nos parezca. Porque todo lo que no se aun subproducto del mundo capitalista es una amenaza, y si alguien se atreve a luchar por sus principios, por muy equivocados que puedan estar -pues no somos nadie para juzgar-, no dudamos en hacer lo correcto para seguir con la feliz deshumanización y crueldad de las empresas que dirigen todo nuestro mundo.
Los ideales son bienes escasos, y los poseedores tachados de locos. ¿Desde cuando se puede morir por el echo de que a una empresa de coches les de pereza mejorar su modelo, pero no por principios? Es lo único que quedará de nosotros cuando ya nadie nos recuerde; las ideas. Pero eso no tenemos derecho a saberlo. ¿Qué pasaría si de golpe todo esto dejara de funcinoar a base de dinero? El verde mueve montañas, bien es sabido por todos los pingüinos violadores de despacho. En el fondo sólo somos putas con distintos precios. Y todo lo demás da igual. No hay solución. No hay punto cero al que podamos volver ni hay escapatoria, y llega un momento en el que da igual.

Sólo somos eso: posibles compradores, aún quitando lo de posibles, somos compradores o no somos nadie. 

martes, 17 de mayo de 2011

A donde quiera




Guitarras desafinadas hacían vibrar el ambiente, el aire mismo temblaba, saturado de alcohol y adrenalina.
-¿Sabes? Te echaba de menos.-Tu voz pelada, fuerte para que te oyera por encima de la música.
-No me digas, ¿qué quieres que responda a eso?
-¿Qué es lo que tú piensas al respecto?- Estabas peligrosamente cerca de mí, como esperando o deseando que realmente me tirara encima de ti a las primeras de cambio.
-Pienso que nos hemos perdido, que somos niños grandes que tuvieron demasiados sueños y no pudieron cumplir ninguno. Pienso que nos escondemos el uno detrás del otro para no ver un mundo que nos da miedo; la responsabilidad no es el fuerte de ninguno de los dos, no queremos aguantar a nadie pero tampoco estar solos.
-Así que si no fuera porque somos unos vagos acabados tú ni estarías aquí.
-Tú menos aún cariño.-Por tu cara podía jurar que me hubieras despedazado ahí mismo si hubieras podido, pero ambos sabíamos que había cosas que tenías más ganas de hacerme que cortarme a trocitos. Pero no iba a caer. No esta vez.
-No paras de soltar juicios estúpidos sobre la gente. ¿Tanto te aburres? La música es buena, la nocohe es joven, como suelen decir, y ninguno de estos desconocidos se acordará de lo que hicieron hoy, tú incluida. Pensaba que estas cosas te la ponían dura.
-No sé, ¿será que he madurado?
-Usas esa palabra con demasiada soltura. Tú misma lo has dicho, somos casos perdidos.
-¿Tocada y hundida?
-No te pases de lista.- Creo que eso fue tu despedida. Te volviste y mezclaste entre la gente, la verdad es que ni me importaba. Éramos como imanes, ninguno podía escaparse por demasiado tiempo. Y la noche era joven, aunque yo me sintiera vieja desde hacía mucho.

*   *   *   *   *

- Escucha, a ellos sólo les importa de donde viene la gente y lo realmente importante es a donde va.
- Y tu a dónde vas?
- A donde quiera.

lunes, 16 de mayo de 2011

La carta




Había chispas en el ambiente y sus lágriamas corrían como ríos. La tarde dejaba paso al atardecer y el mundo adquiría una tonalidad mágica, como si cada brío de hierba o cada baldosa del suelo cobrara vida y gritara, más alto que nunca, que todo, TODO era posible.
Pero la tristeza inundaba la estancia, sin agilidad suficiente como para saltar por la ventana abierta. Había leído y releído esa carta, centenares, miles, infinitas veces rezando para que existiera alguna retorcida ley física que hiciera que la tinta se corriera y borrara su dolor. Pero nada de eso ocurriría.
Memorizó cada trazo de boli perfecto, cada falta de ortografía y puñalada trapera. Y lloró un río a cada lado de esos ojos, demasiado parecidos a los del felino que estaba a sus pies. El mundo se le emborronó; había envejecido veinte años en una tarde, o quizá sólo había madurado un poco más, quién sabe. Siempre había sentido que el universo era un lugar triste, pero jamás lo había creído.
Y entonces algo ocurrió. Algo mágico, perfecto; se quedó sin lágrimas. Simplemente no sintió nada. Se levantó del sofá, llevándose al gato y parte de la juventud de su mirada por delante. Fue hacia el balcón abierto, clavando sus ojos en la calle. Estudiando cada desconocido que pasaba por debajo, pequeños mundos extraños. Acercó sus pies, saltando y sentándose a la barandilla.
Merecería la pena morir por esa luz.
Y quiso hacerlo. No habría más recuerdos ni dolor. Así que por una vez siguió su instinto, esa voz interior que no paraba de gritarle que se tirara desde que sus ojos habían bebido de los atardeceres del mundo por primera vez. Su cuerpo caería fugaz, sería una muerte rápida.

Pero lo único que llegó al suelo fue un trozo de papel.

sábado, 14 de mayo de 2011

L'atrapasomnis

No soy la mejor de las personas, y sabes que jamás intentaré serlo. Pero esto no va sobre mí. Esto ni siquiera va sobre ti- mi atrapasueños-, o sobre nosotros. Hay algo que llega más allá.
La lluvia empapa un mundo de sombras. Todo brilla bañado en agua sagrada. Los fantasmas siguen y me seguirán para siempre, sólo porque he descubierto que no necesito que nadie los exorcice: forman parte de mí. Pero la luz no esconde la sombra, simplemente la ahoga, como si antes ni siquiera hubieran existido. Y tú eres una luz.
Somos pequeños centros de energía, como neones en la noche de este sitio que me reconcomía un alma que creía perdida. Y es que somos almas muertas, inexistentes, haciéndonos el boca a boca mutuamente, tratando de salvar insalvables. Pero eso no importa. Esto va más allá.
El sol se come el mundo. Brilla tan fuerte que parece succionarle la energía a un sitio que antes me parecía marchito, despreciable. Podrido. Un sitio que no podía tener sentido, ni metas. Pero no hace falta que las tenga. Porque esto va más allá.
No hay recuerdos, ni pasado. Sólo presente. Sólo tú y yo. Caminos en los que más vale perderse hasta que nos encontremos el uno al otro. Momentos grabados a fuego en el alma e instantes fugaces; y por una vez en mi vida quiero vivir. Quiero tener ojeras por tu culpa, y volver a casa con tu olor en la ropa. Quiero compartir manzanas y que la gente nos grite en los semáforos. Y esto ni siquiera va sobre nosotros. Esto es sobre el futuro más brillante que he visto en mi vida. El camino que nos queda.

Sólo el amor inalcanzable puede ser romántico, por eso esto jamás lo será. Porqué aquí estás tú y aquí estoy yo. Y todo brilla.
 





sábado, 30 de abril de 2011

Extremos

Me duele la cabeza.
La confusión nunca había sido tal, huracanes gigantes que joden al conciencia arrasan con todo. S me mira y estalla en risa. Todo tiembla. Jimmy es sólo un fantasma sin corazón; en su lugar el sangrante vacío que soy yo. Pero nada es tan malo como parece, el sol brilla y miles de girasoles lo siguen, cuál hormigas a su reina. Todo reluce, tanto que duele al mirarlo. Y la felicidad estalla, y todo es increiblemente fácil.
Pero de echo nada es tan simple.
Siempre me ha gustado el que la vida escoja por mí. Quita responsabilidad a mis errores. Quizá sólo tenga que olvidarme de todo por una noche. Quizá quiera olvidarme de todo para siempre.
Estoy cansada de pretender que todo vale más que una mierda. Fingir que de echo no me la pela todo, que no quiero volver a esos tiempos en los que era feliz con una canción y un saludo tuyo. Esos tiempos en los que sabía reconocerte, ver quién coño eres. De que puto color eran los destellos de tu mirada, o si los tenía.


La estancia es oscura y pequeña. Por unos momentos me recuerda a ese sueño que tuve, sobre la casita con el campo de girasoles y el principio del fin. Pero no es así. No. Esta vez es peor. Esta vez te reconozco, sentad@ delante de mí. Sé quien eres porque eres todo el mundo. Todos mis amores y odios estan concentrados en esa mezcla de formas, caras, miradas y voces. Estoy llorando. Sí, soy una maldita débil quijica. Y tú ni siquiera te inmutas; me miras con tus pupilas sin vida, porque tus ojos son el mismo tiempo, la conciencia de la eternidad. Entonces cojo el arma. No es nada del otro mundo, la típica automática que se ve en las pelis. La cojo y clavo el cañón en la piel, con todas mis fuerzas.
-Mírame coño.
La voz que brota de la gargante no es mía, demasiado débil, yo nunca susurro. Tus ojos de muñeca rota no dan la más mínima señal de vida. Todo es perfecto y está jodido. Brilla y se pudre. Mi pequeño mundo colapsará. Lo sé.
-¿Sabes? No hay razones.
Otra vez la voz no me pertenece, pero las palabras sí. Es lo único que me queda ahora, letras malgastadas.
Pero ya ha llegado el momento. Ahora o nunca, como suelen decir. Aprieto el gatillo. No hay nada más allá de los remordimientos, inmediatos al notar el temblor de tus labios, aunque quizá no haya sido más que una ilusión. Sí, sé perfectamente que lo ha sido, pero soy incapaz de creérmelo, ni siquiera muriendo en un sueño.



Lo mejor de todo es que ni siquiera existes, maldita sombra anónima. Que te jodan a ti y a todas las de tu estirpe.

miércoles, 27 de abril de 2011

martes, 26 de abril de 2011

Confusiones

Nota: Cómo ser feliz con un kiwi y un montón de sueños quemados.

La felicidad se me escapa, su propio concepto es algo completamente amorfo e inmaterial. La relatividad con otro nombre, puesto que la misma felicidad engloba la tristeza o desesperanza, al ser éstas últimas sólo una manca de la primera.
Lo bueno del corazón es que se regenera continuamente. Nunca nadie lo va a destrozar lo suficiente, y por mucho que en un determinado momento nos juremos que hemos cambiado volvemos a lo de antes. La vida no es más que un cúmulo de círculos viciosos, hasta que llega un punto en el que nos mareamos y decidimos bajar de la atracción.
El optimismo es una virtud que desprecio enormemente. Todo lo que conlleva son desilusiones, y la saturación de éstas lleva a situaciones realmente patéticas en las que nos preguntamos si puede existira algo más que la esperanza por encontrar la misma esperanza. Paradojas de la puta vida.
Los cambios asustan siempre. El miedo a lo desconocido es la razón principal de la quema de brujas y mil y una estupideces más que ha cometido el ser humano. Pero yo no quiero exorcizar demonios. No hay que quemar ni sueños ni brujas, hay que ser feliz. Aún cuando el concepto se nos escape.

La chica de los kiwis.




sábado, 23 de abril de 2011

Explosión



La adrenalina flotaba en el aire, cargada de sabor a tabaco y alcohol.
Tu pecho era un tambor. Sólo existíamos nosotros. La música martilleaba tímpanos y adormecía las neuronas. Debía ser el efecto "cerebros quemados", propio de las cercanías del verano.
Te movías como si la vida te fuera en ello, al fin y al cabo éramos una generación diseñada para esto: machaque físico y emocional sin sentido. Tu mirada era agotamiento y adrenalina pura. Tu mirada con ojeras y visión borrosa intentaba divisar algo en claro. Tu mirada se follaba a mi alma en cada pulsación y la jodía con los cambios de ritmo.
La energía acumulada se palbada en el aire, había cobrado vida como un ser más en aquel sitio y se había multiplicado para dar a luz miles de pequeñas explosiones que nos circumdaban. Pero en algún momento impreciso la conexión con los demás se había borrado del todo. Sólo existía tu mirada y ese martilleo interior que hacía explotar tímpanos y marcaba el ritmo de los polvos.
Sólo existíamos nosotros.

viernes, 22 de abril de 2011

Darkest Despair



La noche vestía de naranja incandescente, justo como tu mirada. Hacía tiempo que no te veía, supongo que te evitaba por masoquismo o por miedo, antónimos en mi mundo.
Nos sentamos cerca de la playa. El mar siempre me había producido una sensación de pánido que esa noche se había materializado en los huesos.
Algo iba mal. Algo iba jodidamente mal y podía leertelo en el alma.
-Hasta aquí hemos llegado.
El viento difuminó tu voz como el rojo carmín se come al azul intentando parir violeta.
Esperé con el corazón en la garganta, sin darme cuenta que hacía rato que te habías ido. No necesitábamos explicaciones, fue la primera y única vez que te vi llorando.
Y sólo fue un sueño.


-Quema tus sueños en gasolina, quítalos de tu mente con lejía si hace falta. A donde vas ya no te servirán de nada.

jueves, 21 de abril de 2011

Conciencia colectiva

-Estuve pensando en algo que me dijiste.
- ¿Sobre qué?
- Sobre la reencarnación y de dónde vienen todas las almas nuevas con el tiempo. Todos dicen siempre que son la reencarnación de Cleopatra o Alejandro Magno, pero probablemente son el alma de algún idiota de mierda, como todos los demás. Quiero decir, es imposible. Piénsalo. La población mundial se ha duplicado en los últimos 40 años, ¿verdad? Así que si realmente crees en esa cuestión de ego de una única alma eterna, entonces tienes sólo el 50% de probabilidad de que tu alma tenga más de 40. Y para que sean más de 150 años, entonces es sólo una de seis.
- Está bien. Entonces, ¿qué estás diciendo? ¿Que la reencarnación no existe, o que somos todos como almas jóvenes de las que la mitad de nosotros somos seres humanos de primera ronda?
- No, no. Lo que estoy tratando de decir es que de alguna manera creo que la reencarnación no es más que una expresión poética de lo que realmente es la memoria colectiva. Había un artículo de este bioquímico que leí no hace mucho, y él estaba hablando acerca de cómo cuando un miembro de nuestra especie nace, tiene mil millones de años de memoria para usar. Y así es como heredamos nuestros instintos.
- Me gusta eso. Es como si hubiera todo esta cosa telepática de la que todos somos parte, seamos conscientes o no de ello. Ello explica por qué hay todos esos, ya sabés, aparentemente espontáneos, en todo el mundo, innovadores saltos en la ciencia y en las artes. Como los mismos resultados saltan por todas partes independientes entre sí. Un tio con un ordenador, se le ocurre algo, y entonces, casi al mismo tiempo a un montón de otras personas de todo el mundo se les ocurre la misma cosa. Hicieron este estudio. Se aisló a un grupo de personas por un tiempo, y se monitorearon sus desempeños en los crucigramas, ¿verdad?, en relación con la población general. Y se les dio sin que supieran un crucigrama del día anterior, uno que ya había sido resuelto por miles de otras personas. Sus calificaciones subieron de manera espectacular, algo así como el 20%. Así que es como si, una vez que las respuestas están ahí fuera, la gente puede recogerlas. Es como si todos estuviéramos compartiendo nuestras experiencias telepáticamente.


Waking life is a dream controlled.

martes, 19 de abril de 2011

Salta



Tus uñas se me clavavan en la piel mientras tu mirada hacía lo mismo con mi alma. El sol se precipitaba sobre el horizonte y la ciudad, tan puta como siempre, se desplegaba a nuestros pies, vibrante y reluciente, como queriendo demostrar cuán poco importábamos nosotros en esos campos de asfalto y bosques de antenas.
-Saltemos.-tu voz resonó segura y fuerte. Sin dudar, porque tú nunca dudabas; era una de las cosas que más me gustaban de ti.
-¿De verdad quieres hacerlo?
-¡Claro! ¿Por qué no? ¿Quién lo dijo? Creo que estaba en la carta de suicidio de Kurt Cobain; "Es mejor quemarse que apagarse lentamente". Prefiero que esto acabe ahora, con los pensamientos borrachos en endorfinas y felicidad que encontrarme que seguimos juntos a los 40, con dos criajos egoístas a los que mantener y que no nos aguantamos más allá de la monotonía y costumbre.
-Así que piensas que estamos condenados.
-"Cariño", tu y yo jamás hemos tenido algo por lo que estar condenados, simplemente porque jamás hemos tenido nada.
-¿Y esperas que salte contigo por nada entonces?
-Sí. Espero que saltes conmigo. ¿Y sabes como estoy tan seguro de que lo harás? Porque esta nada es lo mejor que has tenido en tu vida. Esta noche que está a punto de llegar es lo único por lo que te has seguido levantando cada mañana todo este tiempo, sólo voy a sacarte de tu miseria.
Cierto sabor amargo se fundía en mi mente al unísono de tu sonrisa de grandísimo hijo de puta relucía en tu mirada. La discusión empezaba a ser jodida.
-Pero a ver, si tan poco te importa esto ¿por qué quieres saltar tú?
-Porque yo tampoco tengo nada mejor por lo que seguir despertándome cada mañana. No me digas que la idea no te pone.
-De acuerdo. Como siempre, caigo. Saltemos.
-¿Contamos hasta 3 o...?
-No seas mariconazo. Saltemos y punto. Ya mismo.


No hubo caída ni impacto, quizá porque no salté. Vi tu figura precipitarse al vacío, a los pies de esa ciudad maldita; aún me pregunto por qué no fui capaz.


Uno acaba convirtiéndose en aquello que ve en los ojos de quienes desea, y en los tuyos había demasiada esperanza. Esperanza por encontrar algo de esperanza, malditas paradojas de la vida.

Escribir



Escribir es intuición.
Que me aspen sí sé hacerlo. Pero no creo que nada de esto importe realmente. Los escritores de pacotilla siempre nos correremos pensando en las grandes obras que hemos creado. En lo mucho que ha cambiado el mundo después de cuatro palabras mal articuladas y una idea retrasada. Luego soltamos que las palabras se deslizan, que cobran vida propia en nuestra mente privilegiada o gilipolleces por el estilo. Pero aún así, aquí estoy, infectando un poco más el universo con mis estupideces, consciente de ello. Y sí, seguiré haciéndolo. No hay razones ni destinos claros. Pero seguiré haciéndolo, para recordar futuros mejores.

domingo, 17 de abril de 2011

Y sueñas con no soñar

Todo lo que por escrito pueda sonar a desesperación a la cara sólo es risa estúpida.

Ésta no soy yo. Yo no soy nadie. Hecho de menos fantasmas y vivo a base de recuerdos inventados. A veces extraño esa sensación que todos tenemos de pequeños de que somos imprescindibles para el mundo, de que sin nosotros la Tierra no giraría como debe ni el universo sería un lugar tan extraño e inhóspito como lo es.
La vida no tiene más sentido que el que nosotros mismos le damos, pero quizá me he cansado de luchar por las cosas, de intentar encontrarle una razón válida a cada suspiro. Aunque bueno, estas ideas duran poco.
Siempre estarás tú. Seas quien seas, no importa. Siempre estarás ahí para reirte de una preocupación, para recordarme el agradecimiento de los cobardes, de que todo, siempre, podría ir peor. Y eso me hace seguir, con lo que sea que esto sea. El millón de estupideces que joden una vida no son nada contra el instinto de supervivencia.

Ésta sólo soy yo ocupando otros yos.