sábado, 18 de febrero de 2012

Recuérdame



Estoy en una playa, violeta brillante, oscuro. En el fondo es uno de esos colores en los que te ahogarías con la mirada si nuestros cuerpos no estuviesen tan limitados.
Aquí estoy, Infinito. Hay una voz en off que sale de un altavoz colgado en una palmera; no me preguntes por qué. No me preguntes por qué en esa voz reconozco la mía si nunca me he escuchado realmente. No me preguntes por qué sigo sintiéndome sola cuando huelo a café y tu voz me dice qué habrías querido o no para mí. No me preguntes por qué significaste tanto si nisiquiera fuiste real, sólo eres mi yo más secreto. Aún espero encontrarte empequeñecido para meterte en un bolsillo y llevarte conmigo siempre, que pienses en mí la mitad que yo, que me recuerdes.

Aquí estoy, esperándote, como siempre, Infinito.


No es el tipo de canción que me guste colgar, pero la serie es genial y se me ha pegado xD

domingo, 12 de febrero de 2012

Verde




Siempre es al misma figura, menuda y bajita, corriendo de portal en portal, intentando huir de la nieve multicolor que parece descomponer el mundo. Nunca te fíes de las cosas que entran por los ojos.
Lleva una capa esmeralda, a juego con su pelo, más brillante, que forma una maraña de formas extrañas en su lucha contra ese viento cromático.
La ciudad a sus pies es algo oscuro, una selva de antenas y bloques despiadados que se comen desde la mente hasta el alma. Cada calle está llena de otras sombras grisáceas, gente sin nombre ni cara que nunca conoceré. Posibilidades perdidas quizá.
La música parece guiar el viento y la nieve sobre ese fondo insulso, y la única que parece tener vida, vida de verdad, es la niña de la capa verde. ¿Cómo de real es tu mundo? ¿O acaso tengo razón y todos tenemos nuestro propio universo de mentiras flojas y verdades incómodas?
Sólo soy una sombra más, aburrida y sin alma. Al instante de vislumbrar la niña intento seguirla, pero soy incapaz de correr; todos vamos al mismo paso monótono, pero con cada esquina nueva siempre hay un destello suyo, fugaz y certero. Camino horas; es una suerte que en los sueños no haya suelo ni zapatos. No espero que entiendas mis sueños.
La pequeña me conduce hasta lo que parece una pequeña plaza que tiene un sauce que infecta de luz blanca todo el sitio, ahogando la nieve de colores.  Hay un pequeño banco al lado del árbol, donde ella va corriendo a sentarse y mover los pies con impaciencia mientras parece esperarme. Voy hacia ella. Me pregunto si mi mundo es algo más que una sarta de mentiras flojas y verdades incómodas.
Estoy a un metro de ella cuando me doy cuenta que tiene la mirada más negra que jamás he visto; sin iris, sólo pupila. Ella me sonrie, como dándose cuenta de mi sorpresa e intentando relajarme.
-Tranquila, puedes cambiar el mundo. - su voz es pausada, firme. De vieja, justo como su mirada inmortal.
Espero creerla mientras todo se desvanece poco a poco, para dejar paso a la oscuridad: vida en estado puro.

-Son malos tiempos para los soñadores.

jueves, 2 de febrero de 2012

Infinito


Abres los ojos y todo es extraño. Tu mundo forma espirales de luz y negrura, pequeños mundos distantes que se concentran alrededor de un centro de oscuridad perpetua, vida.



Hay algo especial en esa soledad que sangra inspiración, las madrugadas perdidas pensando en si hay algo por lo que valga la pena luchar.

Estás junto a mí, sombra del remordimiento. Tu figura alta es transparente, como si tus células tuviesen que ser diferentes a las demás, y es que el pequeño centro oscuro del mundo absorbe tu luz; mi pequeña muerte en vida. Me miras y te pintas esa clase de sonrisa que dice que todo está perdido de antemano en el rostro.
Sé que no he hecho nada malo, sólo quiero que me perdones. Sé que jamás te tendré y sólo quiero que te vayas.
Todo vibra más que nunca. De pronto tengo la horrible sensación de que tengo que hacer que todo deje de girar e impedir que tu luz se joda, como todo lo demás.
Te cojo de la mano y te me escapas, como arena entre los dedos. Algo va a pasar, lo siento en tu mirada.
Esa clase de impotencia me acojona hasta el alma; me rindo y espero inevitables, ésa es al dinámica de la vida. Espero ver cómo tú, pequeña luz, te descongelas y escurres como hielo en la tierra, espero ver cómo te pierdo y ni siquiera lo siento.

Que te vaya bien, Infinito.