domingo, 30 de enero de 2011

Remember, remember

Buenas tardes, Londres. Permitid primero que me disculpe por esta interrupción. Yo, como muchos de vostoros, aprecio la comodidad de la rutina diaria, la seguridad de lo familiar, la tranquilidad de la monotonía. A mí, me gusta tanto como a vosotros. Pero con el espíritu de conmemorar los importantes acontecimientos del pasado, normalmente asociados con la muerte de alguien o el fin de alguna terrible y sangrienta batalla y que se celebran con una fiesta nacional, he pensado que podriamos celebrar este 5 de noviembre, un dia que ya nadie lamentablemente recuerda, tomándonos cinco minutos de nuestra ajetreada vida para sentarnos y charlar un poco.
Hay, claro está, personas que no quieren que hablemos. Sospecho que en este momento, estarán dando órdenes por teléfono y que hombres armados ya vienen de camino. ¿Por qué? Porque mientras que pueda utilizarse la fuerza, ¿para qué el diálogo?
Sin embargo, las palabras siempre conservarán su poder, las palabras hacen posible que algo tome significado y si se escuchan, enuncian la verdad. Y la verdad es que en este país algo va muy mal, ¿no?Crueldad e injusticia, intolerancia y opresión. Antes teníais libertad para objetar, para pensar y decir lo que pensabais, ahora tenéis censores y sistemas de vigilancia que os coartan para que os conforméis y os convirtáis en sumisos.
¿Cómo ha podido ocurrir? ¿Quién es el culpable? Bueno, ciertamente unos son más responsables que otros y tendrán que rendir cuentas. Pero, la verdad sea dicha, si estáis buscando un culpable, sólo tenéis que miraros al espejo. Sé porque lo hicisteis, sé que teníais miedo. Y quieé no. ¿Guerras, terror, enfermedades? rabia una plaga de enfermedades que conspiraron para corromper vuestros sentidos y sorberos el sentido común. El terror pudo con vosotros y presas del pánico, acudisteis al actual líder, Adam Sutler. Os prometió orden, os prometió paz y todo cuanto os pidió a cambio, fue vuestra silenciosa y obediente sumisión.
Anoche intente poner fin a ese silencio. Anoche destruí el Old Bailey para recordar a este país lo que ha olvidado. Hace mas de 400 años, un gran ciudadano deseó que el 5 de noviembre quedara grabado en nuestra memoria. Su esperanza era hacer recordar al mundo, que justicia, igualdad y libertad son algo más que palabras. Son metas alcanzables.
Así que si no abrís los ojos, si seguís ajenos a los crímenes de este gobierno entonces os sugiero que permitáis que el 5 de noviembre pase sin pena ni gloria. Pero si veis lo que yo veo, si sentís lo que yo siento y si perseguís lo que yo persigo, entonces os pido que os unáis a mí, dentro de un año, ante las puertas del Parlamento, y juntos, les haremos vivir un 5 de noviembre, que jamás, jamás, nadie olvidará.


 Dedicado a la ley Sinde y nuevas propuestas del Gobierno para que el futuro se distancia cada vez más de la utopía de libertad que todos quisiéramos.

viernes, 28 de enero de 2011

La chica del valor

May tenía esa clase de mirada clara que cambiaba de color cada poco tiempo, como si ni ella misma supiera quién era. Tenía el pelo alborotado y estaba tan delgada que parecía irse a caer con cada soplo de aliento. Se movía enérgica limpiando mesas en ese maldito bar, con una sonrisa gigantesca que desentonaba entre tanta mierda, que parecía romper el vacío en dos.
No creía en nada, pero el universo entero parecía confiar ciegamente en ella. Brillaba. Y su luz no cegaba, solo me alcanzaba como un suspiro, me levantaba y huíamos de los pantanos cogidas de la mano, ella sonriendo, yo odiando el momento en el que no nací en su piel.
May tenía siempre la última palabra, y una voz suave y firme, como si su conciencia fuera inamobible. Como si ella sola pudiera contra todo. Era frágil pero nada podría jamás derrotarla. Como si los granitos de su nariz fuesen a exorcisar todos los fantasmas del mundo, como si su olor a limón pudiese joder a cualquiera.




Como si fuese especial.

jueves, 27 de enero de 2011

Need your soul

-Sabes J, te quiero.
-¡Por dios! ¿Qué coño te has tomado?
-Oh, vamos, no exageres.
-Era coña, tranquila. Nada de lo que digas me va a sorprender a estas alturas. -hizo un gesto de impotencia mientras cogía algo parecido a un terrón de azúcar y lo lamía ligeramente.
-¿Y eso debería tranquilizarme?
-Si el mundo fuera un sitio más lógico tú estarías en un maldito psiquiátrico. Hasta yo lo sé. -lanzó el supuesto terrón hacia el vacío de su espalda.
-Bah, si el mundo fuera más lógico también sería más aburrido.
-Ahí la has clavado. Bueno, y si el mundo fuera más aburrido tú tampoco hablarías con gente de dudosa existencia.
-Bueno, el día que me dé por quemar un hospital nadie puede decir que no lo advertí.
-¿Y eso es excusa? -su mirada, negra como el mismo universo, taladró mi mente como calibrando de qué era o no capaz, pero advertí que en el fondo hoy estaba de buen humor.
-Lo es para mí.

   *  *  *  *  *



-Jimmy, he tenido un sueño raro.
-Los tuyos siempre lo son. ¿Otra vez montañas rusas y pederastas?
-No, me refiero a raro de verdad. He soñado que era feliz.





martes, 25 de enero de 2011

Pedicabo Vos

Y vi en tu mirada todas las palabras que no me atrevía a susurrar, en tus labios el sabor de tantas noches, y tu voz hacía que Stairway to Heaven sonase a basura de principiantes. Estaba volando, tú eres mi paracaídas, que hacía que me deslizase hacia el infinito, hacia la felicidad más absoluta que mis pupilas pudiesen jamás captar.
Pero me di de bruces contra el suelo.



Tanta cursilería me hará cagar arcoiris. Que os follen a todos.
Nota: el título es 'que os jodan' en latín, para variar y ser fina por una vez.

sábado, 22 de enero de 2011

"Sólo el amor inalcanzable puede ser romántico"




-Comeremos bien, beberemos buen vino, haremos el amor...
-Ya, y... ¿quién va a hacer el amor, exactamente?
-Pues espero que los tres. Pediré la cuenta.
-Oiga, señor, eso a lo mejor en otra vida.
-¿Porqué no? La vida es corta, la vida es aburrida, la vida es dolorosa y esta es la ocasión de algo especial.

viernes, 21 de enero de 2011

Envidia

-Sabes, todo lo que escribes resulta trágico.
-Sí, bueno, la vida es trágica, ¿no? Y la gente lo que quiere es ver que todos los demás son tan infelices como ellos mismos.





miércoles, 19 de enero de 2011

Metas

El echo de saber de donde proviene me está nublando la mente.
El que sepa que la psicopatía es para ahogar el dolor emocional no significa que deje de funcionar. No quiero que deje de funcionar.
Cuando todo se precipita, cuando todo se desmorona y no tengo apoyo, porque no, nunca he tenido un maldito apoyo, siempre he sido yo, sola. Y puedo seguir así. No necesito nadie que me diga que estará ahí, me basto. Pero cuando todo empieza a joderse, necesito seguir adelante de alguna forma, tener un objetivo. Mi meta. Mi plan hacia la felicidad. Unas pautas que me dicten qué coño puedo hacer con esta vida que no pedí pero en la que me he visto tirada.
Y sí, mi plan es el mundo. Voy a ser ambiciosa por una vez en mi vida. Quiero cambiar el mundo. Sé que no puedo, pero quiero hacerlo. Y con eso me basta.

Ceguera

-C, antes mencionaste algo así como una psicopatía fingida. ¿A qué te refieres?
-Bueno, el tema es algo confuso. Tú no formas parte de esa movida aunque en teoría deberías entenderlo, he encontrado gente con los mismos... llamémoslos síntomas, pero no tan fuertes. Es... como una obsesión por lo malsano, la muerte, el odio... las ganas de crear dolor para ahogar el propio. Una especie de pánico encubierto con sadismo.
-¿Sientes eso?
-Contínuamente, J. No dejo de repetirme que va a pasárseme, pero luego hay algo... una cosa estúpida que hace que cambie completamente de opinión y vuelva a lo de antes.
-¿Por ejemplo?
-Por ejemplo que sienta desprecio hacia mi en los que representa que deberían quererme, soy hipersensible a la negación.
-Así que según tú... ¿es un escudo?
-Sí, bueno, si ni yo misma me acepto, ¿cómo va ha hacerlo otro? No sé, intento no pensar mucho en el tema, al fin y al cabo estoy en una época de mi vida bastante... no sé, ¿buena? A ratos.
-Volviendo a lo de antes... ¿por qué te sientes culpable por desear ser amada? Y no me digas que por que no te lo mereces, ambos sabemos que no es verdad.
-Bueno, podría decir que es otra forma de encubrirlo, porque... ¿sabes? Soy yo la cerrada, la que le tiene pánico a cualquier tipo de relación. Que aparte a al gente sin más y luego quiera que se me acerquen es una hipocresía total.
-Todo el mundo es hipócrita.
-Cierto, pero creo que debo intentarlo al menos.
-Intentarlo es el primer paso hacia el fracaso.
-Lo sé.


            *   *   *   *

-¿Sabes, J? He soñado que la palmabas.
-¿Cómo era?
-Bueno,  confuso. Yo trabajaba para alguien, ya sabes, algo así como asesina a sueldo, lo de siempre. Tú sabías demasiado y yo te degollé.
-¿No será por las conversaciones?
-Seguro.
-Así que piensas que llegará el momento en el que inevitablemente la oscuridad de tu interior me engulla como ha pasado con las otras voces.
-Exacto, ha pasado antes. Es como si fuera perdiendo partes de mí misma por el camino. Como tú, que no eres yo pero formas parte de mí, oigo tu voz diciéndome lo que puedo permitirme arriesgar y lo que no. Barajando posibilidades. Creo que eres una parte de la cordura... no, la cordura no, la posibilidad de llegar a ser feliz, que me queda.
-C, no te voy a dejar.
-Claro que no, yo te controlo, sin mí no existirías. Pero si fueras un ente ajeno a mi mente lo harías, como todo el mundo lo hace hacia todo el mundo. Es ley de vida. Nada es para siempre. Pero la cuestión no es si tú vas a dejarme o no. La cuestión es si mi oscuridad interior no va a engullirte, como pasa cada tanto con algo que me importa.
-Así que la voy a palmar. Que forma tan bonita de decírmelo.
-Oye, J, no te las des ahora de persona real con sentimientos. Sólo estás ahí para mantenerme a flote. Así que cállate de un puñetera vez.
-Vale, estás transcribiendo esto para hacer una entrada en un blog de mierda que se llama Conversaciones con Jimmy ¿y me dices que me calle?
-Touché.
-No te preocupes, ya sabes, soy de los pocos que lo entiende todo.
-Lo que sea.
-Deja de rayarte.
-Hablar con gente imaginaria no ayuda.
-Lo sé.

lunes, 17 de enero de 2011

Volando solo (IV)

Recuperando angustias y fes

Me complace, es abrumador
Ya no caigo borracho de la barra
Ahora soy un puto pingüino violador
Ya no toco sandeces con mi guitarra

Me pongo traje y llevo limpia mi vena
Porque a ella le gustan decentes
Ya no fumo ni follo en la arena
Las razones son ya evidentes
Ahora voy a ‘reuniones sociales’
Y ya no vomito entre los matorrales.

La invité a ir al bar de la esquina
Hay buena música y alguna juerga
Entré y estaba esa puta... tan divina...
La oí incluso encima de la jerga
Pronunciando palabras que ya sabía
Con su melena rubí y ojos café
Despertó en mí la olvidada fantasía
Y en la vieja miserable vida, mi fe

Quise ponerme hasta el culo de nuevo
Paso de intentar roerme el corazón
Paso de ir de cutre ligue del placebo
¡Pásame un poco de mi salvación!

Quise volar la ciudad de nuevo
Prender fuego al mundo y arder con él
Quise que me echaran del bar, -ahora bebo-
Sentir de noche las olas en mi piel

Volando solo (III)

Salvaciones artificiales

¡Inexpertos turistas! Me ‘ayudaron’
Nunca saben qué traen entre manos
¿Luz? ¿Limpieza? ¿Dónde me dejaron?
¡No me desintoxicareis, gusanos!

No podían dejarme morir en paz
Toda razón, olvidar a esa puta
Su voz no se va, no soy capaz
Nada vale, ninguna substituta

De pronto, una luz, ángel fugaz
Llevando uniforme de enfermera
Y una mirada, pícara, vivaz
Tiene poderes de curandera

Mi hábil, rápida transformación
En hombre respetable y decente
Y mi salvadora en alto tacón
Me llevaron al camino inteligente

domingo, 16 de enero de 2011

Huir



Hay momentos que quedan inevitablemente grabados en la memoria. Imágenes atemporales que nos persiguen de por vida.
Tu mirada oscura clavada en la mía de una forma peculiar, como si me estuvieras estudiando y te perguntaras dónde meter a un trasto como yo. En qué rincón de tu vida encajaba o dejaba de hacerlo.
El suelo se sentía frío bajo nuestros pies descalzos, pero no parecía importarnos en ese momento, y la lluvia que nos salpicaba de lejos le daba al cielo un aire de apocalipsis, como si en lugar de limpiar el agua sólo se dedicara a corroer los sueños de un mundo demasiado podrido. Pero eso no importaba. En ese instante sólo estaba tu mirada, el poder flotar en esos extraños destellos castaños, dulces, fríos, fuertes.
Una sensación de deja vu se plantó en mi mente, y en ese pequeño y fugaz momento habría jurado mil veces que moriría por seguir así para siempre, con ese miedo constante que se tiene al ser feliz; al darte cuenta que por ley de vida las cosas sólo pueden empeorar.
El ambiente estaba cargado de un olor a alcohol caro y fragilidad, como si la situación por si sola fuera demasiado inverosímil para sostenerse, como si mi mundo perfecto de arena fuera a desplomarse al unísono del agua salpicando los tejados de ese maldito sitio.
Empezaste a temblar. Tenías la misma expresión de fuerza y tranquilidad de siempre, pero estabas temblando.
Sin darme cuenta de lo que hacía me acerqué y perdí mis labios sobre los tuyos. El mundo empezó a girar, ya nada tenía sentido ni parecía necesario que lo tuviera. Sólo quería huir.
El exterior se presentaba como el mismo fin. El viento parecía querer destruirlo todo. Como si hubiera adivinado nuestras mentes y hubiera decidido por fin hacernos libres.

Elige




Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compact disc. y abrelatas eléctricos.
Elige la salud, colesterol bajo y seguros dentales. Elige pagar hipotecas a interés fijo. Elige un piso piloto. Elige a tus amigos. Elige ropa deportiva con maletas a juego. Elige pagar a plazos un traje de marca en una amplia gama de putos colores.
Elige el bricolaje y preguntarte quien coño eres los domingos por la mañana. Elige sentarte en el sofá a hartarte de concursos que embotan la mente y aplastan el espíritu mientras llenas tu boca de puta comida basura.
Elige pudrirte de viejo cagándote y meándote encima en un asilo miserable siendo una carga para los niñatos egoístas y hechos polvo que has engendrado para reemplazarte.
Elige tu futuro. Elige la vida.
Pero, ¿por qué iba yo a querer hacer algo así?
Yo elegí no elegir a vida. Yo elegí otra cosa.
¿Las razones? No hay razones. ¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?

Volando solo (II)

Ven y llévame

¿Y de pronto tú te me apareces?
Ah, no, es un cartel de McDonals
Sin mi whisky todo son sandeces
Como el vagabundo bailando vals

Y el no volver a mi bar, me matas
¿O eras tú, culpable de mi locura?
Vuelvo a vivir si te abres de patas
Y veo tu mirada sin cordura

Y volando solo, ven y llévame
¿Abducido por las cucarachas?
Padezco un estúpido derrame
¡Los putos enanos verdes fachas!
Tu recuerdo regresando a rachas...

Y el a ti despistarte me salva
Muerta cordura ya cerca el alba.
E intentando lentamente, me alzo...

¿Y esa niña pedófila calva?


* * * * *

Invulnerable

Sólo soy una de esas estúpidas niñatas que al no permitirse llorar por miedo al rechazo encierran todo lo que pueden dentro de sí. Después llaman vacío a toda es mezcla de sentimientos confusos que no se atreven ni a susurrar y se creen sofisticadas. Creen que al no demostrarlo nada les importa realmente, que nada les afecta y son invulnerables, pero con el más mínimo soplo sienten sus mundos derrumbarse. Universos de tristeza aplastan la mente hasta convertirlo todo en un despojo de vísceras sangrientas, hasta que sólo queda el odio frío más allá de la razón, que les impide ver la verdadera razón de su desgracia. Algo que puede ser tan simple como una mirada, una palabra mal dicha. Algo que se niegan a entender quitándole importancia y convirtiéndolo todo en un exagerado dolor que no es más que la acumulación de esa rabia que no conduce a otro lugar que el infierno de tus inquietudes.
Pero una vez visto y entendido todo eso... la recuperación debería ser factible. Debería. La visión de todo eso no lleva más que a un círculo de autodesprecio total, un odio redirigido hacia mi persona con tal fuerza que si la mente pudiera doblar cucharas, mi cabeza habría estallado en millones de pedacitos que luego habría juntado de nuevo, sólo para repetir la jugada, para sentirme borrada de la faz de un mundo asqueroso, y que, aún así, no merezco.



És massa ilús creure que no hi ha res que no es pugui parar...

Volando solo (I)

 Sucia calle

¿Por qué me escondo? Si mi sol se fue,
Quizá mañana me sienta mejor,
No me tumbo o me congelaré
Y me echaron del bar, que impudor

¿Por qué sigo aquí?, ¡mi chute, mamá!
Sucia calle, todo mi colchón
¿Te sientes mejor? Se pasará
Bellos delirios, toda razón

¿Y por qué veo tantos colores?
Falta tu brillo ya intermitente
Los putos pingüinos violadores
Y mi mierda vida indecente.

¿Por qué me enganché? Ya no me acuerdo
Ah, sí, te hace sentir superior
Y se va tu doliente recuerdo
Para mi cerebro auto agresor

¿Por qué despierto en oscuridad?
Creo que he dormido sobre mi vómito
Me miran con asquerosidad
Y yo ya he olvidado tu cuerpo indómito

martes, 11 de enero de 2011

Libérate de ti mismo

-Hola
-Hola, J
-¿Cómo te encuentras?
-¿Qué representa que debería responder a eso?
-No sé, depende de cómo te sientas.
-Bueno..., no sé, ¿puedo contar algo aleatorio sin más? Creo que me ayudará.
-Claro
-Mm..., hoy me acordé de algo de mi infancia a lo que nunca había prestado atención. Había una niña, no me acuerdo de cómo se llamaba, tenía unas gafas gigantes y aspecto de que se iba a caer al primer roce. Yo me peleaba con los imbéciles que se metían con ella. Recuerdo que a los 7 años, después de venir aquí y enterarme de que todo el mundo había creido conveniente que ella repitiese curso, me sentí culpable.
-¿Por qué me cuentas precisamente esto?
-No sé, tenía que sacarlo, supongo.
-Entiendo.
-Bueno, ella me gustaba, siempre he pensado que todos nosotros, los marginados o los raros, como sea, tenemos que apoyarnos. No sé, en el fondo siempre me sentí diferente, siempre he tenido esa especie de obsesión por contradecir todo lo que me rodea. Si el mundo está feliz yo debería estar triste. Creo que esa es una de las razones que me han echo ser una inadaptada.
-¿Cuáles son las demás?
-No estoy segura, hay muchas cosas, ¿sabes? Bueno, desde siempre creo recordar que me gusta más vivir en mi mente que en el mundo. Es algo extraño, me encuentro con unos amigos por la calle, caminamos y reimos y de pronto me asalta el pensamiento de que en el fondo sé que me lo pasaría mejor en casa, creándome mis fantasías, huyendo del mundo. Hay gente a la que parece que le resulta fácil esto, vivir por la piel, para mí es estresante.
-¿No será por que en realidad es un bloqueo emocional?
-Quiza, quién sabe.
-Me refiero a que, bueno, estoy en tu cabeza y sé que en el fondo eres una persona sensible, con un gran sentido de la responsabilidad, no sobre ti misma, pero sí sobre los demás, y eso te crea ansiedad sobre todas las cosas que no controlas, que crees que deberías arreglar.
-No creo, a veces siento una ansiedad terrible sin razón, es verdad, pero creo que todo esto no es más que una manera de demostrarle a mi padre lo que valgo, ¿sabes? El típico caso donde hubieran querido que fuera tío. A causa de esto me esforcé muchísimo por gustarle y para que me quisiera, hasta que un día me di cuenta de que no era el superhombre que me había creído. Sólo otro imbécil, como todos.
-Así que te decepcionó.
-Algo así, supongo que es normal.
-¿Le has contado todo esto a alguien más?
-No, nunca, pero bueno, tú eso también lo sabes, y supongo que con mis antecedentes hubiera debido.
-¿Antecedentes?
-Sí, bueno, la obsesión que tenía con la muerte, el intento de suicidio, supongo que es algo por lo que todo el mundo acaba pasando tarde o temprano, no sé. También estuve varios años con depresión, ahora creo que me encuentro en la línea del amor/odio hacia mí misma, una especie de necesidad primaria de reafirmarme como persona y el deseo de sentirme eliminada del mundo, de convertirme en la nada. El nirvana.
-Y ese deseo... ¿lo calificas como autodesprecio?
-Ya no sé cómo lo llamo, es simplemente... que no siento que merezca nada realmente, ¿sabes? ¿Qué he echo para merecerlo? ¡Nada! Creo que me siento culpable por desear cosas.
-¿Qué tipo de cosas?
-No sé... como querer dejar de estar sola, empezar a vivir mi vida...
-¿Dejar de estar sola?
-Sí, bueno, encontrar a mi alma gemela o algo. No, en el fondo no creo en eso, sólo quiero saber cómo es ser lo más importante del mundo para alguien. Creo que nunca lo he sido.
-¿Te culpas por desear eso?
-Sí, claro, como ya he dicho antes, no he hecho nada para merecerlo.
-¿Y los demás, qué han hecho para merecer que tú hagas eso?
-¿Quién ha dicho que lo haga?
-Por como hablas.
-Bueno, entonces supongo que es algo de complejo de inferioridad, quién sabe.


domingo, 9 de enero de 2011

Rocky

-  

El mundo no es todo alegría y color. Es un lugar terrible, y por muy duro que seas es capaz de arrodillarte a golpes y tenerte sometido si no se lo impides, y ni tu ni, yo, ni nadie golpea mas fuerte que la vida. Pero no importa lo fuerte que golpees, si no lo fuerte que puede llegar a golpearte y lo aguantas permanentemente mientras avanzas. Hay que soportar sin dejar de avanzar. Así es como se gana.
Si sabes lo que vales, ve y consigue lo que mereces, pero tendrás que soportar los golpes, y no puedes estar quejándote por no estar donde querías llegar por culpa de él, de ella o de quien sea; eso lo hace los cobardes y tú no lo eres. Tú eres capaz de todo.

sábado, 8 de enero de 2011

Historias de un atardecer



Entonces, en el simple arder de ese estúpido fuego supe darme cuenta de que nada, nada, importaba más que lo que teníamos por delante, que el pasado era solo una vieja historia sin moraleja ni razón.
En ese andar lento y vaporoso, aproximándose, supe ver que mi futuro se acercaba al unísono, que esa mirada difuminada en verdes imposibles era todo lo que necesitaría ver durante el resto de mi vida para saber que había echo lo correcto, que seguiría haciéndolo mientras siguiera con la promesa de esperanza bañada en fe ciega.
Supe que nunca podría dejarte, supe que nada importaba más que lo que yo tenía, porque muchos otros lo había buscado sin éxito, muchos habían abandonado en el intento, pero alguien que ha luchado, a perdido su corazón tantas veces que ya duda de su propia existencia más allá del dolor no puede hacer más que apreciar lo que ha perdido.
En el entrechocar de olas y la fuerza de ese fuego marchito supe ver que te tenía, que nos teníamos, quizá solo por esa noche, quizá para siempre en nuestras mentes, prisioneros del más dorado anochecer que jamás presencié, amparados en esa libertad que sólo puede sentirse cuando se tienen muchos años por delante y el mundo en contra.
En el único recuerdo que me ha permitido seguir respirando supe encontrar mi eterna felicidad, supe ver el camino para aguantar la inmensa tristeza que precede a lo mejor de nuestras vidas, cuando ya todo no puede hacer más que bajar.
Desde el principio debí imaginar que todo no era más que una batalla perdida de antemano, pero nadie quiere admitir lo imposible. Y después de tantas noches en el mismo lugar, después de horas, días, años, imaginándote amparada en la falsa felicidad que tanto te complace, sé que la única  cosa que compartimos, la primera en llegar, fue la que nunca quise que sintieras con tanta fuerza como yo lo hacía. Y ahora, después de tantos cielos anaranjados, solo nos queda vivir de una cosa. Tristeza.

Caer



Me sentía caer hacía el vacío, sabía que éste me engulliría y lo único que quedaría de mí sería un recuerdo difuso, como si mi propia existencia se plantease el haber sido real. Y continuaba cayendo como quien no quiere la cosa, mi cuerpo inanimado, como si sólo fuese el maniquí, la cárcel en la que siempre me he sentido rehén, y mi conciencia, liberada ya de todas las comparaciones, experiencias, circumstancias... sólo caía hacia la oscuridad. Por una maldita vez en mi despreciable existencia podía decir que no recordaba nada. Estaba completamente en blanco. Y sólo caía.
No había nadie que fuera a recogerme una vez en el suelo, ni ninguna esperanza de mundos mejores, ni siquiera tristeza. Había perdido hasta la melancolía que parecía ser ya seña de mi identidad.
Era libre.
Por un instante realicé donde estaba. Las baldosas frías sólo me volvían más insensible, cogí y saqué una a una las bolitas de la felicidad, como las llamaba. La cosa prometía a sueño seguro. El agua tenía un extraño sabor acre, como si tuviera bilis en los labios, pero yo no me sentía amargada; sonreía mientras caía.
No abrí los ojos, no me veía capaz, pero eso tampoco importaba.
Entonces pensé en él.
No recuerdo muy bien si lo que sentí fue desprecio hacia mí misma, tristeza o simple esperanza tonta, de ésa que no tiene sentido.
Creo que sólo vi una cosa clara, y es que no me lo merecía. Que no había hecho nada para merecerme el poder caer en el olvido, ser libre de una maldita vez, volar hacia alguna especie de rara e insana felicidad. No me había ganado aquello. No tenía derecho a quedar como la víctima cuando la culpa era sólo mía.
Clavé mis ojos, creo que enrojecidos, y fui incapaz de pensar en mucho más. El instinto pudo conmigo.
Entre arcadas y náuseas volvía a la maldita superficie.


http://www.youtube.com/watch?v=yThCx-3Says

viernes, 7 de enero de 2011

Lucha

Oh, sí, me siento muy sola, nadie me quiere más allá de los prescindible, blablabla. Claro, ¿no te jode? ¿Por qué van a quererte? ¿Qué coño has hecho tú para merecer la compañía de otro sin reparos? No seas hipócrita, deja de quejarte de las injusticias del mundo y empieza a estrujar la mierda de vida que se te ha concedido, porque, ¿sabes qué? Es lo único que tendrás.
Ni jodidos sueños ni vida después de la muerte, son sólo excusas para no arriesgarse. Para no tener que ensuciarse de mierda hasta el cuello y luego darte cuenta de que has fracasado; todo el mundo prefiere la ignorancia al fracaso.
La falta de oportunidades, la excusa divina de los vagos.
Así que deja de leer esta mierda, porque con cada segundo que pasa el tiempo para hacer algo con tu maldita existencia se agota, a cada instante estás más cerca de tu inminente putrefacción, porque no somos especiales, todos formamos parte del mismo montón de estiércol.
Acepta que tu muerte es algo real, afróntalo y empieza a hacer algo útil con tu maldito tiempo antes de que seas sólo otro pobre desdichado que se dedica a recordar tiempos mejores, sin fuerzas para revelarse contra nada.


Masoquismo

Supongo que me molesta que la gente frivolice tanto. Necesito destilarme, liberarme, sentir que vuelo de alguna forma, que huyo de mí misma, de este lugar y de sus caras. Me gusta pensar que hay muchas formas de hacerlo, que todos tenemos alguna forma de autoengaño que nos protege del mundo.  Creo que tenemos un filtro, una venda invisible a la propia hipocresía o a lo equivocado de nuestros propios ideales y códigos morales. Y a veces intentar quitarlo, intentar ver la realidad sólo se resume en otra mentira más, en una forma de sentirme auténtica haciéndome daño. Odiándome.
A veces me descubro sintiendo pasión por las cosas, cosas simples y mundanas, pequeñas idioteces, y siento una necesidad irreprimible de negármelo, de acordarme de lo malo que es todo y de lo despreciable que yo soy. Quizá sea simple pánico que avanza por mi columna y se instala como un párasito en mi mente, aprovechándose de mis sueños, quitándome la posibilidad de volar. Y a veces me da una rabia sobrehumana comprovar que no, los demás no se autotorturan como yo, que la felicidad existe y no es algo tan inalcanzable como imagino. Los pastos siempre serán más verdes al otro lado, ¿no?
Me siento cansada, cansada de medir mis palabras, mis gestos, de sentir esa compulsión de encajar y fallar mil veces, de no ser la chica de mis sueños, o del terror que siento a convertirme en ella. Una vez llegados a la meta ¿qué nos queda? Siento un odio total al darme cuenta de lo mucho que necesito la protección ajena y lo prescindible que soy para el mundo. Lo mucho que parecen importar los demás y lo despreciable e inútil que soy yo.


Cansada de pretender que mi vida vale una mierda.

martes, 4 de enero de 2011

Me he perdido (II)

La mía es una historia de lamentos, de miradas fugaces que te dejan seguir respirando durante años en el amparado recuerdo, de reproches y vergüenza inexplicable, de océanos de odio, amor y confusión.
La mía es una historia de las estúpidas, sin principio y sin final, llena de risas idiotas y coincidencias imposibles, de malgastadas tardes de invierno mirando la misma película, una y otra vez, para llegar al consuelo de los débiles, de los que nunca pudieron decir la verdad, ni llevarla en la mirada para ser, solo quizá, un poco más felices.
La mía es la historia de la vida, contada por obsesos de la muerte. De carne cruda y lluvia fría, de miseria y compañía.

Me he perdido (I)

Me estoy perdiendo... ¿dónde ha ido a parar el sujeto que iba a clase de física con ojeras, y los ojos envenenados en sangre y promesas de maldición?
La que no pensaba jamás en el porqué, solo en el cómo, solo en el placer. Los viejos planes son ya lágrimas mudas sosteniendo el muro en ruinas, casi derrumbado, apagado.
 La vieja fachada de mentiras flojas y mundos siempre perdidos, lejos de mí. La llama que siempre me alejó del vacío de la realidad se está extinguiendo, sumiéndome otra vez en la inexistencia, porqué estoy aquí, pero no existo, porque no pienso. Sumiéndome otra vez en el dolor anónimo de la rutina, en la vergüenza inexplicable, los complejos de la vida.
Mi salvación se está escapando. Pasa delante de mis ojos, sin ni siquiera parpadear, sólo derrochando palabras de reproche: la culpa carcomiéndome por la inocencia que perdí hace mucho en las palabras de aquel extraño de mi mente que solo susurró lo que siempre supe y nunca vi.
La llamarada de algo inexistente, algo que nunca fue lo que parecía y que nunca nadie más percibió se extingue, lentamente, casi sin notarlo y al mismo tiempo sufriendo cada segundo de oscuridad. Cada instante de vació nos aproxima más al final. Al final de lo único que siempre importó y al que nunca prestamos atención. Al final de las malgastadas noches, entre dolorosos recuerdos y risas estúpidas. Entre desesperación y fuerzas, estamos más cerca. Siempre tocándola, siempre allí, sumidos en oscuridad.


lunes, 3 de enero de 2011

Soledad


Gandhi dijo una vez que la inspiración llega con los cielos más oscuros.
Hace tiempo que no sé distinguir la sensación de vacío de mi interior del dolor, es como si la insensibilidad picara en la piel.
Sigo mirándome al espejo y dándome asco, y ya he perdido la esperanza de que eso vaya a cambiar algún día. Me aburro con facilidad y paso mis tardes perdidas soñando estar en alguna otra parte, despertarme en cualquier otro momento y lugar, en otro cuerpo y otra mente. Pero eso sigue sin pasar.
Vuelvo a sentirme sola y me da miedo pensar en lo que eso puede significar.
Y sólo sigo hacia adelante, sin muchas expectativas, pero sigo.


http://www.youtube.com/watch?v=RW6WqgvYHgc

sábado, 1 de enero de 2011

Ilusiones


Escribir es una terapia.
Contra la soledad, las voces gritando en mi cabeza parecen unirse y callarse por un ratito cuando escribo, como si me dieran mi ansiada paz, la que tanto busco dentro del vacío interior.
Supongo que todo esto no son más que palabras desaprovechadas, que soy incapaz de mostrarme a nadie por miedo a que descubran mi falta total de valor u originalidad, la mediocridad que conlleva mi persona.
A veces el odio y la envidia me corroen hasta el blanco de mis ojos, no soy capaz de ver más allá de lo que creo haber perdido por cobardía y me duele tanto el no tener lo que en los demás parece tan natural que me entran arcadas.
Soy tan hipersensible al rechazo y doy tanta importancia a lo que me rodea que me arde en la piel el simple hecho de no sentirme imprescindible cuando yo creo morir mil veces al imaginarme sin la protección del cobarde, la miserable rutina. Y cada vez que me siento caer, como hoy, cada vez que creo que mis cielos de falso autocontrol se desploman y aplastan mi cabeza en algo parecido a un manojo de vísceras putrefactas (no voy a negar que la imagen me fascina) no encuentro razones para seguir, y me doy cuenta que la única razón que siempre valdrá es la de encontrar una meta, algo que me haga seguir. La esperanza de encontrar esperanza.
Malditas paradojas del destino.


Algún día aprenderé a dejar de vivir de recuerdos.

Caos

Somos un virus.
Destruimos todo lo que tocamos, corrompemos el aire que respiramos y nos creemos con derecho a hacer todo lo que nos venga en gana sólo por nacimiento.
Aceptemos que somos el residuo más tóxico de la creación y empecemos por arreglarlo. Aunque claro, cuando las cosas están tan jodidas... ¿de verdad podemos dar marcha atrás? La única salida es la destrucción para poder volver a crear, volver al punto 0 donde el mundo volverá a regenerarse solo. Para de comprarte coches y ropa cara, eso no dejará de hacer que seas el despojo más marginal del mundo ni que dejes de oler mal, y en lugar de reivindicar tu sitio en la sociedad, destrúyela. A ella y a ti mismo.