sábado, 8 de enero de 2011

Historias de un atardecer



Entonces, en el simple arder de ese estúpido fuego supe darme cuenta de que nada, nada, importaba más que lo que teníamos por delante, que el pasado era solo una vieja historia sin moraleja ni razón.
En ese andar lento y vaporoso, aproximándose, supe ver que mi futuro se acercaba al unísono, que esa mirada difuminada en verdes imposibles era todo lo que necesitaría ver durante el resto de mi vida para saber que había echo lo correcto, que seguiría haciéndolo mientras siguiera con la promesa de esperanza bañada en fe ciega.
Supe que nunca podría dejarte, supe que nada importaba más que lo que yo tenía, porque muchos otros lo había buscado sin éxito, muchos habían abandonado en el intento, pero alguien que ha luchado, a perdido su corazón tantas veces que ya duda de su propia existencia más allá del dolor no puede hacer más que apreciar lo que ha perdido.
En el entrechocar de olas y la fuerza de ese fuego marchito supe ver que te tenía, que nos teníamos, quizá solo por esa noche, quizá para siempre en nuestras mentes, prisioneros del más dorado anochecer que jamás presencié, amparados en esa libertad que sólo puede sentirse cuando se tienen muchos años por delante y el mundo en contra.
En el único recuerdo que me ha permitido seguir respirando supe encontrar mi eterna felicidad, supe ver el camino para aguantar la inmensa tristeza que precede a lo mejor de nuestras vidas, cuando ya todo no puede hacer más que bajar.
Desde el principio debí imaginar que todo no era más que una batalla perdida de antemano, pero nadie quiere admitir lo imposible. Y después de tantas noches en el mismo lugar, después de horas, días, años, imaginándote amparada en la falsa felicidad que tanto te complace, sé que la única  cosa que compartimos, la primera en llegar, fue la que nunca quise que sintieras con tanta fuerza como yo lo hacía. Y ahora, después de tantos cielos anaranjados, solo nos queda vivir de una cosa. Tristeza.

1 comentario:

Cristina dijo...

He encontrado tu blog, mediante inter-blog y decirte que me encanta como escribes. Y este texto en concreto mas aun.

saludos.