domingo, 16 de enero de 2011

Elige




Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compact disc. y abrelatas eléctricos.
Elige la salud, colesterol bajo y seguros dentales. Elige pagar hipotecas a interés fijo. Elige un piso piloto. Elige a tus amigos. Elige ropa deportiva con maletas a juego. Elige pagar a plazos un traje de marca en una amplia gama de putos colores.
Elige el bricolaje y preguntarte quien coño eres los domingos por la mañana. Elige sentarte en el sofá a hartarte de concursos que embotan la mente y aplastan el espíritu mientras llenas tu boca de puta comida basura.
Elige pudrirte de viejo cagándote y meándote encima en un asilo miserable siendo una carga para los niñatos egoístas y hechos polvo que has engendrado para reemplazarte.
Elige tu futuro. Elige la vida.
Pero, ¿por qué iba yo a querer hacer algo así?
Yo elegí no elegir a vida. Yo elegí otra cosa.
¿Las razones? No hay razones. ¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?

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