lunes, 7 de febrero de 2011

Supernovas



S tenía la capacidad de parecer diferente cada día que su pupila blanca se clavaba en el mundo y lo observaba con absoluto desprecio.
Hoy su figura parecía más delicada de lo normal. Su traje blanco era ahora un vestido del mismo color, suave, que caía dejando entreveer cierta feminidad. Caminó a paso lento hacía una especie de tocadiscos a la derecha del sofá de piel. Me pidió que le acercara un vinilo de la gigantesca estantería que estaba encima suya.
Me moví patosa, sin saber bien qué hacía. Su mirada de supernova intimidaba. Cogió el vinilo con sus manos, esas manos tan blancas y delgadas que o bien podrían haber sido de un cadáver de pianista o las de un ángel. El ambiente empezó a retumbar con Born To Be Wild a un volumen inhumano. Pegué un bote en el sofá (el que tantas veces había soñado que se hacía con piel humana) y ella sonrió. Bueno, pude decir que era lo más cercano a una sonrisa que podía verse en S. Su ojo brilló con menor intensidad, como si por unos momentos su ánimo se ablandara.
Creo que adivinó lo que pensaba, ya que en instantes adoptó el mismo semblante imperturbable de siempre.
-Así que dime, ¿qué haces aquí?
-Me apetecía verte.-mentí descaradamente, rezando para que el tema no la picara lo bastante como para insistir.
-¿Cuánto hace que nos conocemos?
-No sé, ¿media vida?
-Exacto, ¿aún crees que puedes engañarme así?
-Nunca lo he creído, S. Sólo te echaba de menos.
-Ya, y Hannibal Lecter sólo estaba hambriento.
-Bueno, quería... pedirte un favor. Si no te importa.-me rendí, rezando para que hoy estuviera de buen humor.
-Escúpelo y desaparece.
-Vuelve.
Se quedó completamente inmóvil por un timepo indefinido. Hubiera llegado a pensar que algo le había pasado si no fuera porque aún agarraba con firmeza la taza de cacao en la mano, la misma que había dejado ciertas manchas en su vestido.
-Me echaste tú misma. Me dijiste que no quierías volver a verme jamás. ¿Y ahora que me necesitas me pides que vuelva? ¡Que te jodan, maldita imbécil! Desagradecida, puta de mierda, no hay palabras para lo que tú me hiciste. Y ahora me pides que vuelva.
Su tono era de echo el único sitio donde su furia resonaba. Su cuerpo permanecía totalmente inmóvil, y su media mirada me decía que la idea de echo no le parecía del todo mala. Volver. Al fin y al cabo llevaba tiempo deseándolo. Su existencia era la de un virus, chupando la energía ajena. Carcomiendo la mente, degenerando las vidas de quienes la rodeaban. La divertía ver infelicidad, y sabía bien que conmigo conseguiría eso. Y yo la necesitaba, como el árbol que se ha acostumbrado que los gusanos lo pudran, prefería la locura que S daba a la soledad.
-Por favor. Después de esto sabes que no volveré a dejarte jamás. No puedo permitírmelo. Eres la única en quien puedo confiar. Es tu mejor garantía, somos incapaces de vivir sin la otra. Codependencia. Es lo que llevas esperando desde que apareciste en mi vida.-le dije exactamente lo que sabía que quería oír.
Se acercó a mi. En ese instante su mera presencia me produjo arcadas, su persona siempre me había dejado con una sensación entre la náusea y el deseo, pero en ese momento se me hacía más notorio que nunca.
Ligera, su mano, fría como el hielo, acarició mi cuello. Clavó su media mirada en la mía y bajó lentamente sus labios fríos. Cada vez que hacía eso era nuevo para mí, aunque lo hubiera vivido ya infinidad de veces. Su lengua, suave, palpaba mis dientes, mis encías, y se hacía cabida en mi boca. Sabía a cacao y a frío. Siempre lo hacía. Cuando acabó de jugar conmigo y yo ya estaba aturdida se separó, riéndose con la mirada. Había cerrado el trato.
S volvía a casa conmigo.

*  *  *  *  *

Por un momento oí truenos y salté de la cama. Me levanté y caminé por esa maldita casa, la que me conocía de memoria por la soledad que me había encerrado en esas paredes.
Me quedé petrificada al recordarlo todo. Escalofríos recorrieron la espina dorsal, y casi hubiera jurado que el miedo se había vuelto tangible y agarrado a mi cerebro como si de una lapa se tratase.
¿Qué demonios había hecho?


1 comentario:

Ayme dijo...

Me encanta.
Y el título del blog es GENIAL.