Hace tiempo que ya no lucho, ya no me como la cabeza.
Había una vez un hombre. Un hombre fuerte y solo, de ésos que nos enamoran a todas. Un hombre con principios, de los que quedan pocos. Caballero y capullo a la vez, me había robado el corazón.
Me había quitado mis letras.
Había una vez un hombre. Un hombre fuerte y solo, de ésos que nos enamoran a todas. Un hombre con principios, de los que quedan pocos. Caballero y capullo a la vez, me había robado el corazón.
Me había quitado mis letras.